Producción: El Viñedo Que Nos Une (Ce Qui Nous Lie)
Creadores: Cédric Klapisch
Año: 2017
Plataforma: 21 Tour de Cine Francés

 

En 5 líneas esta película:

Es un drama centrado en la relación de tres hermanos

Se sitúa en los viñedos de Borgoña

Es un relato sobre la identidad y la pérdida

Es maridaje de nostalgia y sentido de aventura

Invita a reflexionar sobre la importancia de valorar las raíces

 

   

 

El Viñedo Que Nos Une es el más reciente largometraje de Cédric Klapisch. Este director y guionista francés es conocido por Mi Vida Es Un Rompecabezas (2013), Paris (2008), Russia Dolls (2005), entre otros títulos. La historia es un drama en el cual se narra la historia de Jean (Pio Marmaï) y sus hermanos, Juliette (Ana Girardot) y Jérémie (François Civil). Debido a la muerte de su padre, el primero y mayor de los tres regresa a su natal Borgoña, entre cuyos viñedos creció y aprendió a hacer vino. Este retorno a su lugar de origen, tras una década de viajes y el inicio de una nueva vida en Australia, agudiza su crisis personal, y lo que parecía tratarse solamente de una breve visita se transforma en una prolongada estancia, la cual le sirve para reevaluar el pasado, la propia existencia y la relación con su esposa e hijo, de quienes se encuentra separado. Jean descubre, al intentar salvar, con la ayuda de sus hermanos, el viñedo que su padre les ha heredado, que la tierra y el vino, como el amor verdadero, solamente manifiestan su plena riqueza, cuando se ha dejado al tiempo extraer lo mejor de ellos.

Pero Jean no es el único que, movido por el duelo, tiene que enfrentarse con sus frustraciones, rencores e inseguridades. Juliette, por su parte, descubre que la producción de vino, más que un negocio, es una forma de expresión y de recrear su identidad y superar la pérdida. Con la ausencia de su padre, ella se ha convertido en el pilar del viñedo que, al menos por una temporada más, ha logrado reunir a los hermanos.

Finalmente, queda por considerar la línea narrativa de Jérémie, el más pequeño de los tres, quien vive a la sombra de su suegro, un adinerado productor de vino de la zona. Este, más ambicioso que solidario, se ha ofrecido a comprarle parte de sus parcelas, con tal de que pueda pagar las deudas que ahorcan a su empresa familiar. Sin embargo, a pesar del apoyo económico, el suegro no reconoce ningún verdadero talento en su yerno y, contra sus deseos, intenta presionarlo para que pondere la posibilidad de dejar el viñedo en manos de personas, a sus ojos, más capaces que Jérémie.

Jean, quien nos narra este doloroso reencuentro familiar, le dice a su esposa: “El amor es como el vino. Necesita tiempo. Tiene que fermentar. Y el tiempo no es solo descomposición.” Aunque el símil carezca de misterio u originalidad, la intimidad y el realismo que confiere el cuidado atento de los detalles, hacen de El Viñedo Que Nos Une un relato que conmueve y obliga a reflexionar sobre la importancia y el significado de las raíces. Es hasta que los hermanos quedan huérfanos, y que Jean regresa del otro lado del mundo, que logran reconocer el verdadero valor de su tierra, de la tradición de producir vino y de los lazos de sangre. Y este reconocimiento, que los tres comparten, es el que los ayuda a madurar y a seguir adelante, hacia una nueva etapa de la vida adulta, en la que faltan los padres, pero no la memoria ni la familia ni las aspiraciones.

 

 

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