Producción: Por La Gracia de Dios (Grâce à Dieu)
Director: François Ozon
Año: 2019
Plataforma: 67 Muestra de la Cineteca Nacional

 

En 5 líneas esta película: 

Está basada en hechos reales

Toca un tema espinoso

Está contada desde varios puntos de vista

Es inteligente en su narrativa

Trata de no ser una película de buenos contra malos

 

 

 

François Ozon me ha parecido, por muchos años ya, uno de los cineastas más interesantes ahí afuera, probablemente por la manera en que me sorprendió cuando, por primera vez, lo vi cambiar de un género a otro. De este director primero conocí la hilarante comedia 8 Mujeres (2002), para después ver La Piscina (2003), un thriller erótico, y más tarde Gotas De Agua Sobre Piedras Calientes (2000) un dramón de aquellos. Y lo cierto es que, en cada momento, me costó creer que cada una era dirigida por la misma persona. Esa capacidad suya de hacer a la audiencia reír a carcajadas un año, y ponernos un nudo en la garganta el siguiente, es casi única.

Con su regreso a la silla de director, Ozon nos trae su película más madura a la fecha, y probablemente también su más polémica, algo que es mucho decir si le echamos una rápida mirada a una filmografía tildada por la crítica de escandalosa e inflamatoria; pero si algo hay qué reconocerle a este realizador galo es que nunca se censura a la hora de presentar una historia, y es justo esa la cualidad que hace de Por La Gracia de Dios una de las películas más importantes del 2019.

Protagonizada espléndidamente por Melvil Poupaud, Denis Ménochet, Swann Arlaud y Aurélia Petit, Grâce à Dieu recuenta una serie de abusos sexuales cometidos por el sacerdote Bernard Preynat a niños en Francia, entre 1986 y 1991, y cómo la iglesia católica local intentó enterrar las acusaciones y desestimar a las víctimas. Contada desde tres diferentes puntos de vista (que eventualmente se conectan en uno), Ozon nos presenta a Alexandre, François y Emmanuel, tres hombres adultos, todos con vidas y contextos diferentes, pero unidos por una terrible conjunción: los tres fueron, cuando niños, víctimas de abuso sexual por parte de un sacerdote en un grupo religioso al que pertenecieron. Al enterarse de que el mismo sacerdote sigue trabajando con niños, a pesar de que la iglesia había garantizado prohibirle contacto, estos hombres buscarán la manera de levantar la voz y poner la atención del mundo sobre el caso.

Si conocen Spotlight (McCarthy, 2015), la excelente producción que sorprendió llevándose el Oscar a Mejor Película en el año que estuvo nominada, tal vez la historia de Por La Gracia de Dios les suene ligeramente parecida, lo cual no está mal, dado que la francesa bien podría ser algo así como la precuela espiritual de la estadounidense, ya que mientras una se encarga de mostrar cómo fue que la prensa se encargó de levantar todo un caso lo suficientemente sólido como para que el mundo se quitara la venda de los ojos, la otra retrata todo lo que las víctimas y personas cercanas tuvieron que pasar para que la prensa les hiciera caso en primer lugar.

La manera solemne, casi mesurada en que esta película está dirigida es prueba de cuán respetuoso intentó ser Ozon con las historias de estos (y muchos más) hombres, de sus experiencias y del valor que todos tuvieron en su momento. Cómo se cuenta se siente dolorosamente genuino y eso la vuelve pesada de ver, no en un sentido negativo, al contrario, pues logra su objetivo de incomodar de una manera en que cuando uno sale de la sala, no se puede permitir, de ninguna manera posible, intentar justificar o compadecer la forma en que la iglesia católica ha tratado por años de amordazar esta problemática, antigua como la misma iglesia es antigua.

Por más tiempo que he esperado que François Ozon regrese con alguna comedia jocosa sobre personajes sexualmente ambiguos, Catherine Deneuve cantando canciones sobre el poder femenino, o Catherine Deneuve cantando sobre el poder femenino mientras es sexualmente ambigua sobre alguna de las otras protagonistas (Fanny Ardant, estamos hablando de ti), aprecio y agradezco por la existencia de Grâce à Dieu, y rezo porque entre más ficciones salgan a la luz, menos casos reales sucedan. Que el arte exista y sea tan fuerte que no podamos seguir volteando al otro lado.

 

Puedes consultar horarios aquí.

 

 

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