Ivan Elvira ReyesPRODUCCIÓN: UNA HISTORIA DE FANTASMAS (A GHOST STORY)
DIRECCIÓN: DAVID LOWERY
AÑO: 2017
PLATAFORMA: CARTELERA
EN 5 LÍNEAS ESTA PELÍCULA
Es de drama romántico
Contiene ciertas reflexiones existenciales
Es de esporádicos diálogos pero espléndidamente musicalizada
Tiene una buena dupla protagónica
Tiene algunas tomas inusualmente largas
En un punto de la película, cierto personaje habla sobre el paso del tiempo, poniendo como ejemplo la trascendencia que puede tener una obra como la Novena Sinfonía de Beethoven en la historia de la humanidad. Habla de ella como algo perdurable y que mantenemos vivo de generación en generación, pero que inevitablemente llegará el momento en el que desaparezcamos junto con la obra y todo lo que conocemos; minimizando así nuestra existencia y dejando en claro lo insignificante que somos ante el universo.
La tercera película del estadounidense David Lowery nos muestra de manera sutil y conmovedora esa insignificancia del humano, a la vez que le da sentido a nuestra existencia en los pequeños detalles, pues la película va de lo específico a lo general, para después regresar al mismo lugar donde empezó. ¿A qué me refiero? Casey Affleck es C (como lo conocemos en los créditos), un músico que vive con su pareja M (Rooney Mara); la pareja está a punto de mudarse de casa. Sin embargo, el personaje de Affleck muere repentinamente en un accidente.
Es justo aquí cuando empieza la travesía dando pie a la figura que sugiere el título. El susodicho fantasma regresa a su hogar como un ente invisible para volver con su pareja; en primera instancia pareciera que estamos ante una historia tipo Ghost (Sucker, 1990) con un fantasma regresando a su amada, empero, A Ghost Story es mucho más atípica y arriesgada.
C es testigo del duelo de su pareja y, hasta cierto punto, su eventual recuperación; esa frase común, el tiempo lo cura todo, podría ejemplificarlo de buena manera, pero en el caso del protagonista, ¿qué pasa cuándo el tiempo no existe para él? Es aquí cuando la historia pasa de una situación especifica (la relación de la pareja) a una general, como la especie de limbo en el que se encuentra el protagonista. C queda varado en la casa –la película transcurre narrativamente en el mismo lugar– atestiguando no solo el duelo de M sino su eventual partida, la llegada de una familia hispana, una fiesta y, a fin de cuentas, la transformación del espacio.
Hay dos secuencias claves para esto: una toma incómodamente larga de Mara comiendo una tarta mientras el fantasma la observa y otra donde la misma Mara entra y sale de la casa mientras el fantasma se mantiene impasible en el mismo lugar, viendo como pasan días, semanas e incluso meses. Aunque de formas distintas, ambas escenas reflejan lo mismo: el limbo del protagonista es quedarse en el mismo momento (su momento) todo el tiempo observando cómo los recuerdos se olvidan y las cosas a su alrededor cambian; en un flashback el personaje de Affleck menciona que lo que más le interesa de un lugar es la historia, lo que precisamente le otorgará paz en algún punto de la cinta gracias a la costumbre de su pareja de dejar una nota en la casa que habitó por si alguna vez regresa.
El aspecto del fantasma –Affleck debajo de una sábana con dos hoyos– se encuentra lejos de parecer algo bufonesco o caricaturesco, de hecho resulta bastante efectivo al mostrarnos solo un ente sin rostro, sin una individualidad identificable, como si el contenido debajo de la sábana estuviera hecho solo de recuerdos. Los diálogos en la película son esporádicos, ambientada en su mayoría por sonidos cotidianos y la bellísima música compuesta por Daniel Hart.
Es irónico que la representación del fantasma sea de la forma más genérica que conocemos y A Ghost Story sea de las películas más originales de año (eso sin mencionar que fue realizada con cien mil dólares, un presupuesto verdaderamente bajo para los estándares actuales), lo cual muestra un gran mérito para Lowery, quien en definitiva logra una conmovedora historia de amor con cuestiones existenciales que nos dejan para la reflexión.