Producción: Altered Carbon
Creador: Laeta Kalogridis
Año: 2017
Plataforma: Netflix
En cinco líneas esta serie:
Es una adaptación de una novela cyberpunk
Tiene una estética visual para aplaudirse
Por momentos carece de atractivo o coherencia narrativa
Puede confundir más de lo que entretiene
Es una oportunidad desperdiciada
Hasta no hace mucho, calcular el rating de plataformas de streaming como Netflix era imposible. Aunque las redes sociales podrían dar un atisbo general de las posturas de los usuarios, de los aciertos y puntos débiles de su material, no existía un alcance numérico y certero. Nielsen, una compañía líder global en medición e investigación de mercado, anunció que por fin logró calcular los índices de audiencia de estas plataformas. Aunque como era de esperarse, Netflix no está muy conforme con la divulgación de tal información y la ha tachado como poco precisa.
Altered Carbon es una de sus producciones más recientes y al parecer los usuarios tienen dificultades para terminar la temporada. Se estima que 5.9 millones de usuarios comenzaron el primer episodio y solo 1 millón logró llegar a el último. Ouch. Antes de que me encomendaran la serie, comencé a verla porque Martha Higareda es parte del cast… mera curiosidad. Para mi sorpresa, como un gran porcentaje de la audiencia, no pasé del primer episodio por voluntad propia. Fue un camino tortuoso, rebuscado, frágil e insípido; como dicen: la curiosidad mató al gato.
La producción está basada en la novela homónima cyberpunk de Richard K. Morgan. En un futuro donde la tecnología ha sobrepasado la naturaleza humana, la conciencia es insertada en discos almacenados en la nuca y el cuerpo sirve como una funda, la cual puedes cambiar infinitamente. Así, la inmortalidad deja de ser una fantasía y condena a la humanidad a una dolorosa permanencia o reencarnación. Honestamente la idea es un super mindfuck, ¿pero qué pasa con su adaptación? Demasiado. Para comenzar, es maratónico seguir el hilo entre confusos saltos en el tiempo, un sinfín de terminología, personajes, alianzas y conceptos. No me quejo de la complejidad en un relato –la alabo– pero una ejecución descuidada es sinónimo de desastre. Necesité de más agudeza mental y fuerza de voluntad para ver Altered Carbon que para leer a Derrida. Por otro lado, la extensión de los capítulos se acerca a una hora y domina una sensación de prisa, como si quisieran conglomerar tres volúmenes de enciclopedia en un libro de poemas. Debo mencionar que las actuaciones son medianamente satisfactorias, aquí me detendré un poco más para hablar de la actriz mexicana. Martha representa un papel importante en la serie y para ello tuvo que desarrollar múltiples habilidades que requería el personaje, punto a favor; por otro lado su actuación es plana, sus highlights son contados e incluidos en escenas de sexo y combates.
Es casi doloroso presenciar como una producción con un presupuesto que roza en la obscenidad se hunde de esta manera, sobretodo considerando el potencial de la premisa. Sin embargo debo darle crédito a su increíble atractivo visual y diseño de producción, la estética tiene parecido con la de Blade Runner 2049. Honestamente, la calidad audiovisual fue lo que me hizo posible terminar la primera temporada a pesar de querer sacar bandera blanca a mitad de cada episodio.