Producción: American Honey
Director: Andrea Arnold
Año: 2016

 

En 5 líneas esta película:

Es de drama

Está muy bien actuada

Tiene gran fotografía

Tiene buena banda sonora

Se alarga un poco

 

   

 

Disfruto inmensamente cintas con protagónicos femeninos no solo fuertes sino interesantes. Eso siempre es de esperarse en una película de Andrea Arnold. American Honey es la cuarta entrega de la realizadora y en ella nos vuelve a enfatizar la fijación que tiene con mujeres que anhelan libertad.

Tener la estabilidad de un predicador pero ser libre como la hierba; esas dos cosas anhela Star, una adolescente que conocemos buscando comida entre la basura mientras cuida a sus dos hermanos. Estabilidad y liberación no son cosas con las que uno se topa día con día. Su vida es un torbellino deprimente, una parodia de la mala vida sureña de los Estados Unidos. Su pueblo miserable solo ofrece sufrimiento y pobreza. ¿Entonces por qué ese Romeo con su rat-tail no llamaría su atención? Ese Romeo tiene el nombre de Jake, y gracias a sus coqueteos excéntricos convence a Star de unirse a su bando de gitanos y vender revistas de puerta en puerta a través de los Estados Unidos.

De toda la producción, el que se lleva los aplausos más grandes es el fotógrafo Robbie Ryan, quien nos muestra a través del lente un viaje estrafalario, y con sus matices flamantes junto con escenarios decadentes hacen que el cuadro de 4:3 resulte electrificante. El fotógrafo logra visuales dinámicos y sus colores resaltan incandescentemente junto con un soundtrack que muestra ser el sostén de los personajes. La música empodera escenas enteras, las canciones son un vehículo que acompaña a lo que se ve reflejado en pantalla. Estos dos elementos juntos le otorgan una sensación táctil a la cinta, sobretodo en la escena de amor entre Jake y Star en el auto robado.

Arnold nos vuelve a demostrar que es excelente dirigiendo actores. Star es interpretada por la debutante Sasha Lane y es tremendo personaje el que desarrolla. La joven es audaz y directa, pero poco a poco nos demuestra sus debilidades y su vulnerabilidad. Lane le da una personalidad entrañable y es gracias a ella que disfruté los 163 minutos de la cinta. Jake, temerario y osado, es el personaje más complejo y completo que ha interpretado Shia Labeouf en años. Es parejo con Lane, y juntos tienen las escenas más enigmáticas de la película.

La directora que sobresale sin comprometer su narrativa. Star tiene mucho en común con Mia, la protagonista de Fish Tank, su anterior cinta. Ambas son frágiles, crudas, salvajes y extremadamente sensibles. Las mujeres podemos ser valientes y frágiles a la vez. Arnold logra crear mujeres reales en sus cintas. En vez de ofrecer una visión sobre la pobreza en Estados Unidos, en American Honey la realizadora no juzga ni a sus personajes ni sus decisiones. Star tiene una bondad inherente que no siempre se demuestra. Jake es un predador carismático, pero ninguno es un monstruo, solo son personajes reales.

Arnold realizó una investigación profunda antes de escribir el guión; viajó con un mag crew auténtico y contrató a actores no profesionales que conoció durante esa aventura. Y es ese intenso empeño que hace que la autenticidad de la historia deslumbre. Incita a que el público goce la odisea en vez de estar tratando de descifrar cuál es el propósito de Star. American Honey es un viaje que vale la pena ver, es una experiencia que recordarás meses después independientemente de lo que estés pensando en el momento.

 

 

 

 

 

 

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