Producción: Ant-man & The Wasp
Director: Peyton Reed
Año: 2018
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es la secuela del personaje del UCM

Le viene bien un coprotagonista

Es efectiva en su comedia

Tiene buenas secuencias de acción

Se siente un poco desconectada del resto del UCM

 

    

 

Luego de que Infinity War (Hnos. Russo, 2018) abriera una antesala para un cambio radical del Universo Cinematográfico de Marvel, la próxima película de Marvel Studios, la número veinte luego de diez años, Ant-man & The Wasp (Reed, 2018) parecía ser la clave para el futuro, sin embargo, con el anuncio de Capitana Marvel (Boden y Fleck, 2019) y Avengers 4 (Hnos. Russo, 2019) la expectativa por esta cinta fluctuaba sin un rumbo fijo.

¿Sería antes o después de Infinity War? ¿Explicará qué pasó luego del chasquido de Thanos? ¿Conectará con Avengers 4? ¿Por qué estrenarla después? La última película marvelita del año estaba rodeada de preguntas trascendentes para los fanáticos, pero para sorpresa, al director y al equipo poco les preocupó las incógnitas, las fórmulas y lo consagrado de su universo y mejor se empecinaron en dar algo que valiera la pena ver luego del titán loco en acción.

Así, esta cinta protagonizada por Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michael Douglas, Michel Pfeiffer y compañía puede decirle al mundo esto soy, con una serie de diferencias remarcables, ocupando un lugar particular en este universo, como su antecesora lo hizo un par de años atrás.

La historia ocurre luego de Civil War (Hnos. Russo, 2016), con un Scott Lang en arresto domiciliario (algo que ya nos habían dicho Black Widow) a pocos días de terminar su condena, un Randall Park encarnando a un agente del FBI cuya relación con Lang ocurre entre la admiración y el odio y una pequeña Cassie (hija de Lang) ya más grandecilla y con ganas de ser una heroína como su papá. Luego de que Pym y Hope encontraran una manera de encontrar a la madre de Hope, mediante el reino cuántico, la ahora Wasp, requiere una vez más la ayuda del escurridizo héroe, que en una particular perspectiva es más bien una herramienta útil que un ideal agente secreto.

A su paso aparecen una serie de antagonistas, que no villanos, dispuestos a cumplir sus propósitos, que casualmente también tienen que ver con Pym y compañía. Ello evoluciona en una serie de secuencias de persecución en San Francisco que oscilan entre la acción más espectacular y la farsa más disparatada, de la mano de las extravagantes habilidades del equipo. Entre objetos cotidianos en tamaños agigantados, errores tecnológicos y desproporciones, la comedia es un sello fuerte, que ya existía previamente en el personaje y su franquicia, pero aquí la simpleza es el arma más grande de su encanto. El alienado Ant-Man, un no-científico, no-soldado, no-policía, no-mafiosos y poco instruido en el arte del espionaje es quizá el ejemplo claro de una persona normal en el MCU (quizá un poco como Spiderman).

Ello le da a la dinámica con Wasp un giro benefactor a la inclusión de una de las integrantes originales de los Avengers (en los cómics) que ya se había tardado en aparecer y que lo hace de forma genial, a su vez que echa mano de temas más de la vida cotidiana en una muy entretenida carrera contra el tiempo.

La familia, los lazos, el pasado, el duelo y el perdón son temas reconocibles, emocionales, universales y en este caso, pilares, algo que Reed ya nos había adelantado, dando una de las más tiernas y familiares historias de la franquicia, que, sin villanos temibles, un peligro potencial que destruirá al mundo, ni los héroes más expertos, nos cuenta una historia por demás divertida.

 

 

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