Producción: Away
Año: 2020
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta serie:

Es ciencia ficción que se sostiene en el drama

Es un viaje de conflictos y superaciones emocionales

Se concentra en acentuar individualmente a sus personajes

Su desarrollo es seguro, predecible y sin sorpresas

Logra capturar la belleza visual del espacio exterior

 

  

 

Aunque la humanidad está cada vez más cerca de lo extraordinario, las películas o las series continúan siendo las herramientas por excelencia para volver lo imposible en posible. Los escenarios que se construyen con gran precisión en el pensamiento adquieren un sentido visual más prominente ya sea en la pantalla pequeña o grande. En ese sentido, vale la pena preguntarnos: ¿qué es posible en estas historias?, ¿hasta dónde podremos llegar con ellas?

La respuesta varía de producción en producción, pero con Away, uno de los estrenos más recientes en la plataforma de Netflix, el mensaje es uno solo: emprender una misión innovadora, extraordinaria y desafiante. En esta ocasión, un grupo de cinco astronautas, representantes de diferentes naciones, sean los primeros humanos en poner un pie sobre el planeta rojo: Marte.

El motor de despegue de esta serie es la misión espacial, todo lo atractivo que resulta de jugar con la virtud que tenemos como personas de superar nuestras propias limitaciones. Sin embargo, ese motor se apaga lentamente cuando la narrativa cambia el rumbo hacia algo más conocido: los conflictos dramáticos de sus protagonistas. No está mal reconocer que aún en el espacio estos personajes son humanos, cometen errores y asumen riesgos, pero los conflictos carecen de una profundidad estructurada sobre el despliegue emocional que se expresa con gran potencial actoral.

La serie se da la oportunidad de usar diferentes valoraciones culturales, religiosas, políticas, económicas y sociales, partiendo de un grupo multiétnico de personajes, con trasfondos complejos. No obstante se olvida de explorar cada una de esas valoraciones con los matices apropiados, los detonantes se omiten y se pretende que el conflicto adquiera importancia por el sólo hecho de que existe en la historia.

Ni Hilary Swank, Josh Charles o Vivian Wu evitan que la dinámica de sus personajes se torne agotadora, logrando que tan sólo a la mitad de la temporada el viaje a Marte se vea menos atractivo. Pero a pesar de este peso con el que carga su dramaturgia, la pregunta inicial se mantiene sobre la regularidad rítmica de sus diez episodios: ¿estos astronautas cumplirán su misión y llegarán a Marte?

Esa necesidad de descubrirlo puede que nos lleve hasta el último episodio de Away y con el entretenimiento que sobrevive a ninguna expectativa será, en última instancia, un trayecto seguro a lo desconocido que aún puede ser lo suficientemente aceptable para matar el tiempo libre que tengas durante la semana.

 

 

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