PRODUCCIÓN: Baby Driver
DIRECCIÓN: Edgar Wright
AÑO: 2017
PLATAFORMA: CARTELERA

 

EN 5 LÍNEAS ESTA PELÍCULA

Es de acción

Tiene gran montaje y lenguaje cinematográfico

Tiene un gran diseño sonoro

Es bastante entretenida

Tiene varias acciones inverosímiles dentro de su mismo universo

 

   

 

Eisenstein, unos de los teóricos más importantes del montaje en la historia de la cinematografía, tenía un estilo muy particular de preparar una película. El legendario director hacía una especie de mapa cronológico que, a detalle, explicaba cuadro a cuadro cuánto debía durar el tiro, cuál seguía después de ese, cómo se elevaba la tensión, y así, hasta llegar al final de un largometraje. De ejercicio, cuenten el número de tomas que hay en una cinta suya; verán la labor titánica y minuciosa que hay entre manos.

Se comenta por ahí que hay tres películas cuando haces una: la que escribiste en guion, la que hiciste en rodaje y la que descubriste en montaje, lo cual implica que los padres de una película siempre son el guionista, el director y el editor. Edgar Wright buscó llegar del rodaje al montaje con el mismo material que se había filmado, sin menos o más, y se ve en su fenomenal edición, que lejos de mickeymousear (que cada sonido que proviene de una acción del personaje sea reemplazado por un instrumento musical), el realizador propone un universo de sintonía, sincronía y estética VERDADERAMENTE audiovisual.

La película empieza y el director presume en dos secuencias que se siguen lo minucioso que es, al presentarnos al personaje principal, Babyun gettaway driver que no puede parar de escuchar música. Cada cuadro de la secuencia de huida y la secuencia de él, yendo por un café (las dos primeras), tiene un ritmo determinado y diseccionado, para que la música jamás parezca ser extradiegética, algo que siempre existe en el universo de la película. Dios, ¡la dirección es tan precisa que la escena del café es contada en un plano secuencia!

No hay sorpresas, ya los fanáticos conocemos el gran ojo para el montaje fílmico de Edgar Wright, su gran oído para el diseño sonoro, su gran sensibilidad para la dirección escénica y su increíble dominio del lenguaje cinematográfico… peeeeero, sí impresiona, al darte sensaciones que ningún director del género de acción iguala. La cinta es vertiginosa, arriesgada, llena de acentos, pausas, contrastes y contrapuntos precisos, para frenar al espectador en seco. (Grandes serán sus huevos con esos dollyzooms que se rifa).

Eso sí, la película no es la mejor de Edgar (pa’ la banda) ni de a putazo, y no viene sin sus detalles tristemente, porque más allá de un misscast, una secuencia sobrante o detallitos que uno menciona con su cuate, después de salir de la sala, lo que no cuaja del todo es la historia. Si tuviera que definirlo sería: muy gringo. Muchas cosas inverosímiles, un poco predecible y un montón de Deus ex Machina, que sí te harán decir: “Ay, simón wey, eso pasa.” Pero la cinta a final de cuentas se disfruta.

Si te maman las películas de Rápidos y Furiosos, pero tienes un poco de amor propio y no lo dices al aire libre, para que no te juzguen, carnalito, por fin podrás recomendar una peli, sin tener miedo a que te agarren de bajada los snobs cinéfilos como yo.

 

Was he slow?

 

 

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