Producción: Cercas(Fences)
Director: Denzel Washington
Año: 2016
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Es de drama
Cuenta con grandes actuaciones
Tiene un buen guion
Pierde la oportunidad de agregar a su obra fuente
Se alarga hacia el final
Seis años después del renacimiento en Broadway de la obra homónima de August Wilson ganadora del Pulitzer, Denzel Washington decidió trasladar su interpretación, merecedora de un premio Tony, del escenario a la pantalla grande, coproduciendo, dirigiendo y protagonizando Cercas, acompañado por prácticamente todo el elenco original, en un esfuerzo por honrar la memoria de Wilson, reacio a cualquier tipo de adaptación para cine en manos de un director que no fuera afroamericano.
La historia toma lugar en Pittsburgh durante los años cincuenta y relata la vida de Troy Maxon, miembro de la clase trabajadora, quien intenta hacerse cargo de su familia, compuesta por su esposa (Viola Davis), dos hijos varones y un hermano menor, mentalmente discapacitado por una herida en la cabeza, causada durante la guerra. Troy es un hombre apasionado, carismático y testarudo, con un pasado lleno de traumas, batallas perdidas y pocas satisfacciones. Este cúmulo de experiencias ha forjado su escepticismo hacia los lentos pero inevitables cambios sociales que ha traído la posguerra, especialmente dentro del conflicto entre razas, extendiendo sus frustraciones hacia sus seres queridos, incapaces de lidiar con el recio temperamento del viejo, quien durante toda la película tratará de estar a cuentas con los eventos de su pasado y presente.
Es evidente que Washington no se ha rascado mucho la cabeza para adaptar la obra, desde que casi toda la película transcurre dentro de un mismo espacio: la pequeña casa de los Maxon, mientras que la cámara se basta con poner a los actores a cuadro y poco más. La contención en el lenguaje audiovisual podría ser vista como un deseo de darle el máximo protagonismo a sus intérpretes (y es el caso en esta ocasión), pero no es la mejor decisión si se suma al limitado espacio que se va a ocupar. Esta combinación perjudica a la película, pues suprime la posibilidad de añadir nuevos matices al texto a través de la expresividad visual que el lenguaje cinematográfico ofrece, tornando la narración repetitiva, alargada hacia su desenlace, dejando la impresión de que al menos veinte minutos del metraje pudieron ser suprimidos en el corte final.
Dicho esto, es necesario voltear hacia la previsible y gran fortaleza de Cercas: sus interpretaciones. Conocidos entre sí desde la puesta en escena de Broadway, cada miembro del elenco tiene un rol en la construcción del peso dramático de la película, sin que haya fisuras en sus actuaciones, alcanzando altas dosis de intensidad en sus confrontaciones, gracias a la densidad provista por un guion al entero servicio de sus personajes; especialmente Troy Maxon, un ser capaz de despertar un amplio rango de sentimientos, desde la simpatía hasta el desprecio. Denzel Washington lo aborda con naturalidad admirable, mientras que Viola Davis es el contrapeso exacto, con intervenciones igualmente memorables; ambos llenan la pantalla con su lenguaje corporal y gran volumen interpretativo, si tan solo tuvieran un soporte visual y narrativo que elevara una adaptación teatral a un nivel cinematográfico superlativo… si tan solo.