Barry es una gran combinación entre drama y comedia, algo al estilo de Bojack Horseman, la animación original de Netflix. En esta nueva producción de HBO, a través de situaciones divertidas, se plantean grandes dudas existenciales con las que todos podemos identificarnos (y deprimirnos).

La crisis existencial siempre es algo con lo que podemos identificarnos, ¿cierto? Después de la preparatoria se debe escoger carrera y después de la universidad el gran ¿y ahora qué? Escoges una profesión y viven  felices para siempre… o no. Vamos a mitad de la primer temporada y Barry ya nos soltó reflexiones profundas llenas de situaciones absurdas porque ¿quién eres?, ¿la profesión te define? Si trabajas de nueve a seis, ¿eres un godínez y solamente eso? Ese tipo de preguntas son las que atormentan a Barry, nuestro protagonista, excepto que multiplicadas por diez porque ¿cómo se equilibra una profesión que requiere un 100% de anonimato con otra que pone tu nombre en la gran marquesina? Para nuestra buena suerte Barry todavía no lo descubre.

En el primer capítulo, vemos que como persona sensata Barry escapa de toda incertidumbre y decide, al regresar de la guerra, que continuará haciendo aquello para lo que es bueno: seguir órdenes, matar personas, cobrar por ello. Por un tiempo parece el plan perfecto, hasta que llega a la soleada y llena de sueños de grandeza California, donde sin saberla ni temerla está a punto de encontrar su pasión: el show business. Lo anterior sería una gran historia con final feliz de no ser porque renunciar a ser sicario no es algo sencillo, estándar o siquiera permitido.

Esta primera temporada vemos al protagonista haciendo malabares con su doble vida y, por si esto fuera poco, descubrir sentimientos que había enterrado y abandonado. Porque si bien en los primero capítulos Barry es rígido y un tanto robótico, conforme avanza la historia vamos descubriendo que en realidad estaba entumecido y ahora está listo para todo: amar, una familia, los perros, los hijos; ser un ejemplo de vida. Barry ansía entrar a este círculo woke de actores en formación que lo ayudan a cuestionar masculinidades tóxicas, su oficio, sus preferencias, sus lealtades, su intensidad; pero, a final de cuentas, sigue ligado a la mafia.

Barry es una serie fresca que renueva las comedias de HBO. Cocreada por Bill Hader (recordado por grandes películas como Superbad y por su participación en Saturday Night Live) y Alec Berg  (Sillicon Valley) Barry se muestra ligera, complicada y entretenida.

 

 

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