Producción: Basada en Hechos Reales (D’après une Histoire Vraie)
Director: Roman Polanski
Año: 2017
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Es un thriller psicológico
Está basada en una novela
Sólo se mantienen a flote por las actuaciones
No aporta nada nuevo al género
La dirección es desganada
Roman Polanski es el tío incómodo de todos, ese que no le cae bien a nadie por inapropiado, pero que por algún motivo sigue yendo a las reuniones familiares a pesar de tener en claro que nadie lo quiere ahí. Después de cuatro años de ausencia discreta, el realizador polaco vuelve a poner su nombre en la vista pública, ¿afortunadamente? con una película y ningún escándalo.
Basada en Hechos Reales pretende ser un trabajo repleto de intensidad innombrable y paranoia ciega, listo para mantenernos al borde de la butaca y mudos de desconcierto; lamentablemente, falla en todo lo anterior. Lo que recibimos es más bien otra historia sobre un artista perturbado y los demonios que van surgiendo a su alrededor, en un filme que usa todos y cada uno de los clichés del manual en un insatisfactorio intento por sorprender con un giro final que, a decir verdad, ni siquiera hace sentido como tal.
Delphine Dayrieux (Emmanuelle Seigner, la actual esposa de Polanski) es una escritora best-seller que de pronto se siente abrumada por su propia fama. Odia salir de gira con sus libros. Odia escribir dedicatorias para sus admiradores. Odia hablar con sus editores. Odia las cartas anónimas que la acusan de vender a su familia para escribir su historia. Incapaz de sentarse a escribir ni dos palabras, la pobre mujer siempre se ve y habla como si se estuviera levantando de una borrachera de tres días. Elle (Eva Green) es una misteriosa mujer que de pronto entra en su vida para arreglársela, como una mezcla entre femme fatale y hada madrina; las cosas pronto se empiezan a salir de control entre ambas mujeres y es que cuando nuestros papás nos dicen que no le abramos la puerta a extraños, lo hacen por algo.
El gran error de Basada en Hechos Reales no fue el de caer en el cliché como tal, hay temas y modelos que se han convertido en tales justamente porque funcionan, ¿no? luego se replican y se replican y siguen funcionando, por eso se vuelven clichés. No, aquí el desacierto de Polanski como director y coguionista fue el de solo repetir todo eso que ya se ha visto sin intentar darle personalidad propia a lo que estábamos viendo en pantalla, como siguiendo un libro de instructivos para una mesa de Ikea. Se nota un poco que el problema viene desde la raíz, con el guión como tal, y es muy triste que ni siquiera con la ayuda de Olivier Assayas (a quien recordamos por Clouds of Sils Maria –2014– y Personal Shopper –2017–) se haya logrado un resultado mejor.
Si bien hay algo que se puede rescatar de la película son las actuaciones de ambas protagonistas, en especial la de la siempre agradable de ver Eva Green, que para este papel en especial tuvo la oportunidad de usar todos los colores con los que cuenta su abanico de interpretación; como contraria a Seigner, hace una interpretación que permite a uno como audiencia involucrarse en la película, a pesar de todo.
Otra cosa interesante de la película es el hecho de que está basada en una novela que, a pesar de llamarse también Basada en Hechos Reales, en realidad es una obra de ficción, según ha dicho en entrevista la autora Delphine de Vigan. Voy a ser honesta, ese trivia fact es lo más interesante que van a encontrar en esta historia.