Producción: Big Little Lies, Segunda Temporada
Director: Andrea Arnold
Año: 2019
Plataforma: HBO

 

En 5 líneas esta temporada:

Continuó con la historia y el tono de su primera temporada

Reforzó su tremendo elenco con Meryl Streep

Distribuyó mejor su historia entre sus cinco protagonistas

Perdió el norte hacia el final

Tuvo problemas extracancha difíciles de ignorar

 

  

 

Pareciera que fuera ayer cuando leímos la nota de HBO en donde se anunciaba lo imposible: Big Little Lies, aquella serie de HBO con un elenco impensable para la televisión, regresaría para una segunda temporada. La improbable secuela significaba que los escritores de la serie tendrían que extender una historia que había agotado lo que se había publicado en el libro homónimo, además de tener que cuadrar la agenda de sus tres (o cinco) poderosas estrellas. Pero esto no es televisión, gente, es HBO. Más tarde que temprano se anunció que al elenco se unía la nave nodriza de actrices norteamericanas: Merryl Streep, y por si fuera poco, la serie sería dirigida por Andrea Arnold, quien viene siendo una referencia entre las realizadoras que mejor manejan la visión de la mujer. Con esto se decretaba, por si no había quedado claro, que Big Little Lies era el estandarte obligado en la televisión para el surgimiento del contenido sobre el género femenino.

Pero bien dicen que cuando algo es demasiado bueno para ser verdad, es porque probablemente no es verdad. Qué ad hoc, qué meta: la serie en la cual las mujeres tratan de emanciparse de la mentira, ya sea las que se cuentan ellas mismas, las que les cuentan a los demás, o las que tienen que sufrir de otras personas, sufrió de un tremendo escándalo y una pequeña gran mentira.

Justo pasando mitad de temporada se anunció que Andrea Arnold había sufrido un fraude en cuanto a los términos de su participación en la serie. La celebrada directora en efecto había filmado la totalidad de la segunda temporada con absoluta libertad creativa. Desafortunadamente, al llegar el momento de la edición, la directora se enteró que ella no tendría ningún control sobre el corte final, y que la idea siempre había sido que Jean Marc Vallee, el director de la primera temporada, sería quien terminaría la serie, con la intención de asegurar que esta mantuviera un estilo uniforme a través de las dos temporadas.

Esto no solo significó un terrible insulto a la trayectoria y talento de Andrea Arnold, sino una dolorosa traición al espíritu de la serie. Maldita sea la ironía, en la que una serie que trata de los estragos de la mujer para abrirse en un mundo dominado por los hombres, vea a su directora ser humillada por el favoritismo hacia uno de ellos.

Quizá esto no signifique mucho para algunos espectadores, pero para otros, esto probablemente signifique un cisma entre lo que es una producción de televisión y aquello que va más allá, eso que nos produce el apego a una u otra serie.

Más allá de la injuria, para el ojo entrenado tal vez no hubo mucha diferencia, a final de cuentas los elementos que hicieron brillar a esta serie siguen ahí: el tremendo elenco de actrices. Para esta temporada Laura Dern se destacó entre el grupo, sobretodo porque su personaje le exigió más que a las demás; el personaje entregó algunas de las frases más célebres de la temporada y en general su espíritu combativo se prestó mejor para fungir de estandarte. Y bueno, qué decir de Meryl Streep que no se haya dicho antes; fue un verdadero deleite poder ver siete horas de un mismo personaje suyo, más en el carácter de villana  que se le confeccionó.

Al final la segunda temporada no superó a su antecesora, inclusive perdió el norte peligrando convertirse en un proyecto de nostalgia que tanto plaga la pantalla grande estos días. Si bien esta vez se le entregó un arco hecho y derecho a cada una de las Monterey Five, la historia de Celeste y Marie Louise dominó el desenlace, quizá con la intención de no desperdiciar a Streep, aunque eso dejó en segundo plano el evento que en un principio nos trajo aquí: el accidentado asesinato y la mentira en su encubrimiento, y por poco nos entrega un final convertido en un drama legal, con todo y los objection! tan clichés en este tipo de producciones.

Quién sabe qué será de Big Little Lies de aquí en adelante. Solo el tiempo nos dirá. Así como hay espacio para una temporada, también hay suficientes elementos para que el público, y quizá su elenco, le de la espalda a sus productores, quienes, oh sorpresa, estaban vendiendo nada más que un show de televisión.

 

 

add_filter( 'the_title', 'max_title_length');