Producción: Black Mirror: White Christmas
Año: 2014
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta serie:

Es de ciencia ficción

Tiene humor negro

Ejercita la imaginación

La trama puede ser llana

Se siente un poco dispareja

 

  

 

Black Mirror: White Christmas es el episodio mas reciente de esta serie de ciencia ficción y suspenso, el cual fue producido específicamente para alegrarnos la navidad con nuevas torturas futuristas basadas en los miedos que nos hemos creamos colectivamente. Siguiendo la tradición de las primeras dos temporadas (de tres capítulos cada una), White Christmas nos cuenta tres historias distintas ubicadas en el mismo universo: un futuro no muy lejano, donde no hay carros voladores pero si tecnologías extrapoladas de lo que ya existe, y haciendo mucha referencia a las redes sociales y nuestra obsesión con ellas. La historia principal se cuenta a través de dos hombres: Joe Potter, interpretado por Rafe Spall (Prometheus, Life of Pi), y Matt Trent, interpretado por Jon Hamm (Mad Men), quienes al parecer están encerrados en una casa por haberse portado mal (aun no sabemos que tan mal). A cada uno le toca contar su historia, de las cuales se van a desprender viajes muy a lo Black Mirror.

Mas que clavarse con la crítica social, la intención de Black Mirror es burlarse de la sociedad, y mostrarnos lo patético que somos y como podríamos estar peor. De esta forma a la serie hay que tomársela con ligereza. Uno de los atractivos principales de esta producción son las tecnologías futuristas que se presentan para mover la historia, y algunas dan en el clavo más que otras. La primera tecnología protagonista es el “z-eye”, el cual es un implante en los ojos que nos ayuda a aumentar la realidad, ya sea dejando que otros vean lo que estamos viendo, o bien bloqueando aquello que no queremos que vean. Y créanme que este implante puede resolverle la vida a uno, o destruírsela (risa de villano). La segunda tecnología protagonista es “the cookie”, que es nada más y nada menos que una copia de nuestra conciencia (memorias y sentido del “yo” incluido) la cual podemos adquirir por un módico precio e utilizar como mejor nos parezca. El problema surge cuando no hay ninguna separación entre nuestro entendimiento de la realidad y el entendimiento que tiene nuestra cookie de esa misma realidad. The cookie es definitivamente la que se lleva la velada, por la crueldad inimaginable que se puede producir con este artefacto. El drama que se desarrolla alrededor de las tecnologías es muy simple, por lo que podemos tener viñetas donde estas son solo un artífice de la historia, y viñetas donde lo atractivo es la tecnología en si.

Black Mirror es una serie de ciencia ficción primero, y luego de entretenimiento. Es probable que aquellos que no son adeptos a este género no entiendan el chiste de la serie, o bien descalifiquen las tecnologías futuristas (y picarescas) por improbables. Pero White Christmas, siendo un especial de Navidad, es una buena opción para variarle al contenido al que estamos acostumbrados para estas fechas. Acepten la invitación que nos hace Jon Hamm de soltar un poco ese humor negro y ejercitar la imaginación con esta serie que sigue dando de que hablar.

 

 

 

 

 

 

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