Producción: Boda Sangrienta (Ready or Not)
Dirección: Matt Bettinelli-Olpin, Tyler Gillet
Año: 2019
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es una comedia negra de terror

Es la segunda del colectivo Radio Silence

No le preocupa caer en lugares comunes del género

Se sostiene en gran parte por el carisma de Samara Weaving

Es divertida pero poco sorprendente

 

  

 

Hay un asunto respecto a Ready or Not: por una lado tiene momentos verdaderamente divertidos y gozosos; por otro, también situaciones que rozan lo ridículo. La nueva película del colectivo Radio Silence (Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillet como directores), conocidos por Devil’s Due (2014) y su participación en las antologías de terror V/H/S (2012) y Southbound (2015), es una comedia negra de terror que lleva una situación de la vida cotidiana hasta el qué pasaría si…, enriqueciéndolo de elementos del cine de género para, precisamente, jugar con lo ridículo.

Ready or Not nos resultará familiar. Su premisa vendría siendo una combinación entre Get Out (Peele, 2017) y You’re Next (Wingard, 2011); reuniones familiares, tradiciones y una joven intentando formar parte de esa familia. Aquella joven es Grace (la simpatiquísima Samara Weaving), una muchachita que creció en orfanatos y familias adoptivas, por lo tanto su matrimonio con el amor de su vida, Alex (Mark O’Brien), le ofrece por fin la oportunidad de ser parte formal de una… pero no cualquiera. Los Le Domas son una dinastía –por así decirlo– que ha hecho millones a base de juegos de mesa.

Grace está en esa situación donde uno está obligado a agradar a un grupo de personas desconocidas. Si de por sí ya es complicado involucrarse por primera vez con la familia de tu pareja, es peor aún si ocurre el día de la boda y si es con una poderosa familia la cual se maneja casi como una secta. Los Le Domas tienen una tradición: para consumar el matrimonio, los recién casados no deben de pasar la noche juntos, sino jugar un juego de mesa con los demás miembros de la familia. Una actividad inocente, a menos que te toque Hide and Seek (las escondidillas, como las conocemos acá) cuyo objetivo principal es cazar a Grace y sacrificarla para prolongar el linaje.

Entonces, Grace hace lo que cualquier chica haría cuando su familia política se le va encima: intentar no ser la víctima. Con escopeta en mano, cinturón de balas al hombro y vestido de novia puesto, los enfrenta como si fuera Sarah Connor o la protagonista de REC 3 (Plaza, 2012). A partir de aquí la película se convierte en un demencial y sangriento espectáculo. Suena algo genérico, ¿no?, pues los es. A Radio Silence le preocupa poco caer en los lugares comunes del género, se nota un empeño por ofrecer un entretenimiento fácilmente accesible. El clan familiar, por ejemplo, lo conforman estereotipos: la tía incomoda, la suegra amigable que en el fondo te odia, la cuñada que se esfuerza pero solo complica más las cosas, un concuño inútil, una concuña que quiere quedar bien con los suegros sin importar si afecta a su marido Daniel (Adam Brody), hermano de Alex, el esposo, y quien sería algo así como el buena onda de la familia.

Ready or Not funciona por momentos como una sátira sobre la clase alta caucásica aislada en su mundo, cuyos privilegios los hacen pensar que son producto de algo más fuera del esfuerzo… quizá. O quizá la loca premisa tiene más que ver con la retorcida idea que pasa por nuestra cabeza cuando no nos agrada la familia política. De cualquier forma, Ready or Not resulta una divertida, agradable y efectiva comedia negra de livianas aspiraciones.

 

P.D: Si se pregunta qué hace el esposo, pues lo que haría cualquier esposo en una situación así: No quedar mal con ninguna de las dos partes.

 

 

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