Producción: Bright
Director: David Ayer
Año: 2018
Plataforma: Netflix
En 5 líneas esta película:
Es Día de Entrenamiento conoce al Señor de los anillos
Le falta más acción para su premisa
No se salva de los clichés del género
Definitivamente es solo para adeptos
Will Smith se hace viejo pero con estilo
El policía Daryl Ward (Will Smith) regresa al trabajo después de recibir un disparo de escopeta. Su compañero, Nicholas Jakoby (Joel Edgerton) es un orco que no ha sido iniciado en ningún clan pero que siempre ha querido ser policía; cosa que no es del agrado de su pareja de patrulla ni mucho menos del departamento de policía que es predominantemente humano. Otro día más en el condado de Los Angeles haciendo labor policial entre las nueve razas. El giro acontece cuando la dupla es enviada a intervenir en una casa de seguridad, ahí encuentran a Tikka (Lucy Fry), una elfo y una varita mágica con el potencial de hacer explotar un dragón o aparecer un millón de dólares.
No es que sea mala idea mezclar lo fantástico con lo real, pero requiere una mente que pueda abstraerse de lo cotidiano para disfrutar este mundo nuevo. La historia escrita por Max Landis ofrece un pasado sin la historia que nos precede, donde nueve razas pelearon hombro con hombro contra fuerzas oscuras en vez del nacimiento de Jesús. La magia se nos presenta como un elemento igual o más poderoso que el armamento más avanzado, tanto así que se debe canalizar a través de esfuerzos federativos. Mientras que la raza superior y regidora del destino son los elfos, además de ser los exquisitos y bellos, los humanos, los órcos y el resto de las razas vienen después. Entonces viene David Ayer y hace un drama policial según las cintas que lo han hecho famoso como End of Watch (2013), Los Reyes de la Calle (2008) o Día de Entrenamiento (2001); es como si le dieran drogas a un narrador de Calabozos y Dragones y organizara en la partida unos plomazos, suena divertido pero no es para todos.
No se puede decir realmente maravillas de Bright, es bastante básica y sus personajes son cotidianos, además de cometer el pésimo error de decir el final todo el tiempo a través de uno de sus protagonistas, pues aquel que entienda un poco de inglés entenderá esa referencia desde el principio, un detalle de las épicas fantásticas. Del elenco no se puede decir algo que no se haya dicho antes: Will Smith no hace nada diferente, incluso se puede considerar deficiente; Joel Edgerton de orco es medianamente convincente, Edgar Ramírez y Noomi Rapace de elfos también cumplen pero es un hecho que sus papeles son para crear presencia y contexto sin presentar alguna ventaja, algo bastante parejo, siendo honesto. Entre medio, da la impresión que hay discurso racial en ciernes, pero se diluye entre la acción y la magia, lo único que me trajo el #BlackLivesMatter a la mente fue una broma de Smith al principio de la cinta mientras le aplica un Rodney King a una hada mientras sus vecinos negros, gangstas, se ríen del acontecimiento.
Ahora voy a ser honesto: este humilde golpeateclas se encuentra en el escenario del narrador de Calabozos y Dragones en drogas, no es que lo haga, pero esta locura de película no me desagrada, me divierte, pero estoy consciente que no todos disfrutan de estos crossovers pese a la manufactura, buena o mala.