Producción: Casa Roshell
Director: Camila José Donoso
Año: 2017
Plataforma: 37 Foro Cineteca Nacional

 

En 5 líneas esta película:

Es un ejercicio entre documental y ficción

Es honesto en sus testimonios

Muestra diferentes aspectos de la diversidad sexual

Tiene un buen soundtrack

Se siente un poco floja por momentos

 

   

 

Los limites entre la ficción y documental siempre han sido una de las grandes incógnitas para teóricos y académicos del cine. Si bien este arte nace con un valor documental, posteriormente adquiere del teatro su aspecto ficcional y dramático. Aunque el formato definitivo quedó establecido principalmente con la llegada de la televisión, no reconocer la naturaleza artificial del género es también caer en un error, ya que también se habla de una construcción.

La nueva cinta de la chilena María José Donoso, Casa Roshell (2016), lleva la idea de la transmutación del género a un nivel metafórico, de la mano de la Casa Roshell, dirigida por la actriz Roshell Terranova, donde un puñado de hombres pasan varios días a la semana convertidos en mujeres, dan espectáculos y toman talleres de construcción dramática de su identidad femenina. El ejercicio comienza con un par de hombres maquillándose y transformándose, ahí su sentido documental, para luego presentar una serie de dramatizaciones, de lo que pasa cada noche en el club. La convivencia entre ambos géneros no hace menos verídico su relato, sino que lo enriquece.

Donoso juega con la idea de lo dramático, lo ficticio, para mostrarnos los problemas de la vida cotidiana de los hombres, pero no sólo de los que se travisten, sino de los que los visitan y tienen affaires con ellas, porque sí, a los ojos de todos en Casa Roshell, una vez iniciado el show, todas son mujeres.

En realidad no es un cinta a la que le preocupe su formato, más que su contenido. No trata sobre los límites entre el documental y la ficción, sino sobre las fronteras entre lo masculino y lo femenino, allí donde la atracción por mujeres trans también pone en duda la sexualidad. Ese es el verdadero género con el que juega la película.

Desde luego, hablar de estos personajes creados como refugio y terapia de la presión social vuelve al lugar en un escondite, una escapatoria enclaustrada y gracias a ello se nos muestran con absoluta honestidad. Los juegos entre las ambivalencias transcienden al género, fílmico o sexual, así como también en las texturas de la imagen, de momentos filmadas con cámaras digitales, de momento granuladas como rodadas con celuloide. Y no puede uno evitar pensar sobre el carácter histórico que personajes como Francis o algunos espectáculos de vedettes de vieja guardia, que han impulsado la vida nocturna de la ciudad, pues han servido de bastiones en la lucha por la diversidad.

Un pequeño oasis para estas personas que por fuera muestran otra cara y que adentro se transforman, se liberan y gozan de su otra personalidad. La ambivalencia de todos, incluyendo de la misma película, pone en duda nuestros prejuicios como sociedad y nuestros cánones, de nuevo, sexuales y cinematográficos, los cuales hemos impuesto y suponíamos irrompibles.

 

Pueden comprar boletos aquí.

 

 

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