Mauricio GuerreroProducción: Virus Tropical
Director: Santiago Caicedo
Año: 2018
Plataforma: 38 Foro de la Cineteca Nacional
En 5 líneas esta película:
Tiene excelente animación
Retrata la América Latina de los 70 y 80
Tienen una mirada femenina y poderosa
Es fácil identificarse con los personajes
Es un poco dispersa en la historia
Luego de su paso por el Festival de Berlín, el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, el BAFICI y el South by Southwest, llega a México a través del 38 Foro Internacional de la Cineteca Nacional, la cinta animada colombiana-ecuatoriana Virus Tropical (2018) de Santiago Caicedo, inspirada en la novela gráfica homónima de la ilustradora PowerPaola, que narra su autobiografía desde su concepción hasta su emancipación.
Ambientada entre Quito y Cali durante la década de los setenta y ochenta, la cinta nos muestra las peripecias del crecer en la América Latina de entonces, bajo una voz femenina y poderosa, donde más que las situaciones, es la mirada introspectiva y hasta mágica lo que le da a esta obra de trazo sencillo en blanco y negro un encanto único dentro de la animación, que no precisamente es para un público infantil.
El trabajo autobiográfico en el cómic y la historieta es una tradición antaña y ha generado discusión sobre los cómics como un espacio para hablar de otros temas relevantes para la sociedad, fuera del monopolio de los superhéroes o las aventuras fantásticas. PowerPaola toma como referencia a historietistas autobiográficas como Julie Doucet o Marjane Satrapi –quien por cierto también adaptó al cine su novela Persépolis (2007), una cinta con la que esta comparte mucho–. Ella afirma tener una predilección desde el inicio de su carrera por este formato y a propósito nos comenta: “Yo me gradué como artista plástica y desde el principio decidí usar mi vida como materia prima. No puedo hablar de nada que de alguna manera no esté filtrado por mi manera de ver el mundo. No sé cómo se hace de otra manera”.
Y es que, aunque se tocan ciertas aristas y coyunturas, tales como la violencia, el narcotráfico o el machismo, siempre se hace desde una experiencia personal, sin volver a su historia un panfleto con actitud política que permee la narrativa, sino como una mera apreciación y conciencia de lo que le rodea. Siendo así, Virus Tropical, la novela, nace primero como un proyecto de una página a la semana que posteaba en un blog y de al paso de tres años le fue dando forma a algo más complejo: “Con mi hermana siempre bromeábamos e imaginábamos una película hecha por Almodóvar sobre nuestra vida en familia. Cuando aprendí a hacer historietas, sabía que quería hacer una de largo aliento sobre el momento de mi concepción hasta mis dieciocho años”.
Pero la oportunidad de convertirlo en una obra audiovisual llega de la mano del director Santiago Caicedo, con quien había participado en un proyecto corto llamado Uyuyui (2011) y empezó a conformar el equipo que después estaría en esta adaptación. Luego de un par de concursos, la cinta había reunido un presupuesto suficiente para arrancar producción de la mano de Timbo Estudio.
PowerPaola cede la dirección a manos de Caicedo y el guión a este y Enrique Lozano, pues menciona: “Yo soy artista, a mi lo que más me gusta es dibujar y pintar. Santiago sabe mejor que nadie como dirigir y trabajar con un montón de gente”, por lo que decide hacerse cargo de la dirección de arte, donde realiza aproximadamente cinco mil dibujos a mano, de diferentes tintas, en diferentes tipos de papel y texturas, formando un gran archivo de nubes, pisos, vegetación, paisajes y postales para su posterior tratamiento.
Los cambios entre lo gráfico y lo audiovisual son notables y la animación no hace más que enriquecer todo lo que se está contando. “Siempre he experimentado con muchos materiales, pero a la hora de hacer una historia de largo aliento y sabiendo toda la dedicación que eso lleva hay que escoger algo con lo que uno se sienta cómodo a la hora de trabajar, pues va a estar en ese proceso por lo menos unos dos o tres años”.
Su carrera se ha rodeado de múltiples proyectos, colaboraciones y formatos –algo que define como resistencia ante un mundo individualista–, pero siempre apegados a su estilo DIY, algo que, en sus palabras, la libera.“Para mí, la película es fiel a la novela gráfica en ese sentido, queríamos que tuviera ese dibujo punky y primitivista del libro. Me gusta la idea de que habla de un momento que claramente es el pasado por más que cualquier persona se pueda identificar hoy en día”, afirma.
Así, la película narrada desde la perspectiva de la Paola adulta, que mira hacia atrás y ve su vida pasar frente a sus ojos, o en este caso, los nuestros, convierte a la película una especie de metahistoria, que se construye y reconstruye, que resignifica su pasado y le enseña el camino que ha recorrido a su manera, que le permite volver a la memoria cuando le sea necesario recordarle quién es y de dónde viene. De ello se rescata quizá, el tema más importante de la cinta, el de los vínculos, las personas y el impacto que estas tienen en su vida. El más fuerte seguramente, es el de su madre, sus hermanas, sus amigas y otras tantas mujeres que le rodeaban, demostrando de una manera fantástica y bien definida el tema de la sororidad. De ellos nos dice: “Para mi, las mujeres siempre han sido mi referencia, mi lugar de contención, el lugar donde me siento valorada, escuchada y poco juzgada. Casi todo lo que me inspira es hecho por mujeres. Todo lo que estudié y leí en mi formación era hecho por hombres, el día que empecé a ver, escuchar y leer cosas hechas por mujeres me sorprendí de los laberintos a donde podíamos llegar y desde ahí no paré de leer a mujeres”.
Pero no sólo es la mirada femenina, que es desde luego, necesaria, sino la naturalidad y la simpleza de lo que nos cuenta, sin epopeyas, sin redenciones, llena de las dudas que trae el crecer, conocer y reconocer el mundo circundante. Otro de los puntos más fuertes y el que hace que la película haya gustado tanto alrededor del mundo, pues todos podemos ver en su historia la nuestra.
“Lo que más me ha conmovido en los festivales y el feedback de la gente, es como cada uno completa los vacíos de la película con su propia existencia y dependiendo por el momento de su vida… como si todos estuviéramos conectados de alguna manera y pudiéramos vernos en otros”, finaliza.