Producción: CRAZY EX GIRLFRIEND
Creadores: Rachel Bloom y Aline Brosh McKenna
Año: 2016-2018
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta serie:

Es una serie musical que crea sus propios temas en pro de la trama

Se atreve a hablar de temas serios con sentido del humor

Las piezas musicales son cotidianas y no epifanías

Los personajes secundarios toman notoriedad

Esta temporada se enfoca en el proceso de ruptura y de tocar fondo

 

   

 

A pesar de su título, Crazy Ex-Girlfriend explora la idea del amor romántico y cómo este siempre prevalece… y si no… también puedes maquinar un complicadísimo plan en el que terminas pagando 10,000 USD para adelantar tu boda con tu novio de la secundaria al que tuviste que perseguir –mejor dicho cazar– para que se fijara en ti pero como todo es en pro del amor la locura está justificada y termina siendo un superlindo recuerdo (por lo menos en la ficción).

La serie actualiza una historia que básicamente es la definición de la comedia romántica; no me mal interpreten, siempre voy a gozar un domingo en pijama con 27 Dresses (Fletcher, 2008). Pero estamos bien conscientes que no es realista. En este caso, la trama se aterriza un poco más a la vida real. Es que si te tienes que esforzar tanto para que una relación funcione, es probable que amiga (o amigo), debas darte cuenta.

En esta temporada ¡por fin! se refleja la realidad de la que las chick flicks nunca hablan, y es que puedes quedar como loca al tratar de hacer las hazañas que requieren estos romances tan romantizados. Esta temporada se renueva la perspectiva y habla sobre lo terrible que es perder una relación a la que Rebecca (Rachel Bloom) idealizó y se aferró al grado de la locura durante las temporadas anteriores.

Esta vez tenemos a una protagonista que ha perdido al amor de su vida y tiene que aprender a seguir sin él, sin ninguna explicación o cierre. La historia cubre todo el proceso de duelo: negación, rabia, tocar fondo, pedir ayuda, aceptarlo y seguir.

Ninguno de los temas en la historia principal es sencillo de abordar, pero los realizadores lo hicieron muy bien, ya que logra hacerte reír (aunque sea un poco) por más oscuro que sea el tema, lo que hace que esta comedia no pierda su estilo. Es refrescante que al tratarse de este género no pretendan resolver todo con un gran número musical sobreproducido, sino que le den a los personajes saltos de tiempos significativos, que se aprovechan bien ya que permiten que las historias de personajes secundarios cobren su propio peso dentro de la trama. Esta alternativa permite que podamos observar sus mejoras, acercando a la historia a un proceso de ruptura que sí suena conocido.

Es una gran serie para que recuerdes (y te rías) de cuando cantabas Hasta Que Te Conocí y creías que Juanga la escribió inspirado en ti y digas mñeh ni pasó nada.

 

 

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