Producción: Creed
Director: Ryan Coogler
Año: 2015
Plataforma: Cine

 

En 5 líneas esta película:

Es de drama e inspiración.

Está muy bien actuada.

Reinicia la exitosa serie de Rocky.

Falla en detalles importantes.

No trae el mismo punch que sus predecesoras.

 

  

 

Creed es una película de drama que trata la voluntad y las dificultades de un boxeador para abrirse camino en su profesión. Esta es una secuela que se desprende de la serie de Rocky, la cual tuvo cinco películas en total. En esta ocasión, el protagonista es Adonis Creed, interpretado por Michael B. Jordan (Fantastic Four), quien es el hijo ilegítimo de Apollo Creed, famoso contrincante y gran amigo de Rocky en las primeras tres películas de la serie original. Adonis tuvo una infancia desafortunada, su padre murió antes que el naciera y quedo huérfano a temprana edad, hasta que la viuda de Apollo decide adoptarlo. Adonis crece con todas las comodidades, pero su corazón está en el boxeo, por lo que decide dejarlo todo para dedicarse profesionalmente a los golpes. Debido a su situación de niño rico ningún entrenador de nivel lo acepta, hasta que acude con Rocky. El ex campeón (del ring y nuestros corazones) es dueño de un restaurante (nada cliché para boxeadores retirados) y está solo en el ocaso de su vida. En un principio Rocky se muestra renuente a entrenar a Adonis, pero eventualmente acepta, de otra forma no tendríamos película. Lo que sigue a partir de este punto de la historia es 100% predecible.

Rocky es un ícono de cine norteamericano, fue el trampolín de Sylvester Stallone hacia la fama y la película ganó tres Óscares, entre ellos mejor película. De ahí surgieron cuatro secuelas, las cuales a pesar de ser formulistas encontraron diferenciarse una de la otra. El mérito de la serie es despertar emociones agudas en el espectador. Se dijo alguna vez que Rocky solo funciona a un nivel emocional, y la razón principal es que la historia es imposible. Pero el personaje es tan entrañable y la película cuenta con todos los artificios a la disponibilidad de Hollywood, que queremos creer. Creed es una copia fiel de la película original, no obstante, a pesar de ser (o querer ser) emocional, se queda corta del éxito que tuvo Rocky para provocarnos un nudo en la garganta. Creed no tiene la banda sonora memorable ni las escenas icónicas, el montaje musical del entrenamiento milagroso está adornado con motos enduro, y lo peor de todo el director Ryan Coogler (Fruitvale Station) no sabe entregar ese golpe de knock-out cuando el héroe logra su cometido (además que Creed pelea contra el campeón más fofo en la historia).

A final de cuentas la nostalgia por un personaje como Rocky es demasiado grande, y Silvestre Stallone, más que actuar, deja que el personaje que le dio todo le salga de los poros con una naturalidad esquizofrénica. Michael B. Jordan actúa bien, pero tal vez sufre de los mismos prejuicios que su personaje: no trae suficiente calle. Creed es una película emocional con mérito en su narrativa, la cual funciona en sus propios términos sin ser espectacular. Esta entrega se queda a la sombra de sus predecesores; aquellos que disfrutaron Rocky tendrán suficiente con volver a ver a este gran personaje, y quienes no vieron la original pues se quedarán con una asignatura pendiente.

 

 

 

 

 

 

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