Producción: Dark, Segunda Temporada
Año: 2019
Plataforma: Netflix
En 5 líneas esta temporada:
Acelera la expansión de su universo
Se vuelve más confusa pero más rica
Distribuye mejor su historia entre todos su elenco coral
Requiere de mucha atención y revisión
Resuelve algunos misterios y presenta otro nuevos
Hace un año, cuando salió la primera temporada de Dark, muchos se atrevieron a compararla con Stranger Things. Oh pero qué equivocados estábamos. La serie no solo resultó ser un evento en sí mismo (tal vez no tan mediático como la otra serie juvenil) sino que además es prácticamente lo opuesto a aquella a la que se le comparaba: mientras que una busca el entretenimiento a lo Spielberg, la otra lo busca de manera cerebral, como alguna vez lo hiciera la ciencia ficción de antaño.
En su segunda temporada, la serie original de Netflix Alemania construye de mayor manera sobre su universo de viaje en el tiempo que estableció exitosamente en su primera. Pero a su regreso, la serie se desenmascara abiertamente por uno de nuestros recursos favoritos cuando estamos hablando de historias de viaje en el tiempo: la paradoja.
Una manera simple de explicar el tema, como uno de los personajes de la misma serie nos dice, es aquella pregunta de qué fue primero, si el huevo o la gallina; pues bien, la respuesta es que ya no importa, porque ambas existen al mismo tiempo, una en el pasado y otra en el futuro, y el tiempo ya no lo podemos ver de manera lineal. Y si los dos existen al mismo tiempo –uno en el futuro y la otra en el pasado– nada impide que sea la gallina que viaje al pasado a poner el huevo del que después va a nacer la misma gallina.
Así las cosas con la segunda temporada de Dark.
A lo largo de toda la segunda temporada vamos a ver ejemplos de este tipo, ya sea con H.G. Tannhaus y su libro, o bien la máquina del tiempo que es una pero al mismo tiempo la tienen tres personas; con Claudia Tiedemann y su fatídico desenlace, o bien otros detalles inclusive más extremos que podrían arruinarles algo de la historia.
Dark en su segunda temporada es una serie que le exige al espectador, no solo poner demasiada atención a los detalles que se nos esconden en pantalla o bien en la trama, sino tal vez regresar a la primera temporada o bien a la página de Wikipedia para esclarecer quién es quién o qué pasó cuándo. La serie por ende es una sumamente cerebral, que se va a disfrutar mejor ponderando sus misterios con la mano en la barbilla. Por lo mismo, tal vez esto vaya a alienar a aquellos fans que necesiten de una pequeña explosión de vez en cuando (o monstruos reptilianos).
Para los que disfrutan de la ciencia ficción a lo Tarkovsky (aquella que está armando con diálogo y no con efectos visuales), Dark en su segunda temporada es nada más y nada menos que la serie del año. Quizá exista algún sesgo de preocupación por el final de temporada, el cual se sintió como aquella nube negra al final de Matrix Reloaded (Wachowski, 2003) en donde se anticipaba una debacle en el afán de seguir expandiendo el universo de su historia.
Esperemos que no sea así, que el mismo equipo de escritores, tan profesional, que ha venido haciendo un trabajo tan sólido, sepan llevar este pequeño monstruo que han construido a buen puerto. Mientras tanto, esperamos como una piedra por esa tercera y última temporada, que promete cerrar una de las mejores series de ciencia ficción que se han visto en la pantalla chica.