Producción: David. El Regreso a la Tierra.
Creador: Anaïs Huerta
Año: 2017
Plataforma: FICUNAM
En cinco líneas este documental:
Es sobre la búsqueda de la identidad
Juega con los formatos de filmación
Suma con la calidad de su música
Resulta ligero y emotivo
Contiene reflexiones elementales sobre la vida
En su segundo largometraje, la directora mexicana Anaïs Huerta apuesta por una emotiva reflexión sobre las raíces y su impacto en la construcción de nuestra identidad. David nació en Haití, fue adoptado con tal sólo un año de edad por una familia francesa de origen judío y a lo largo de su vida forjó su personalidad a base de dudas e inquietudes. Siempre se ha reconocido como francés, haitiano y judío, pero para la sociedad es sólo un hombre negro en un país europeo. Debido a las inconsistencias que rodean su nacimiento y adopción, David decide regresar a su país natal con el fin de esclarecer su origen.
En algún punto del documental, la madre adoptiva de David habla sobre la experiencia de su familia en el holocausto y cómo fue para ella crecer en la posguerra. La cinta expone las secuelas que les dejó la supervivencia a sus padres, traumas que inevitablemente les heredaron a sus hijas acompañados de un profundo miedo por mirar al pasado. Durante estos minutos ella menciona como su madre había logrado engañar a la vida al no pensar, porque si no se piensa no se vive. ¿Qué somos sino conciencia? ¿Por qué escapar de la angustia de reconocernos aquí y ahora? Si no pensamos, no existimos. Vivir sin pensar es transitar por la vida como un fantasma, sin reconocer lo que nos rodea o incluso peor, a nosotros mismos y lo que nos llevó a ser lo que somos. Se necesita de una intimidante valentía reconocerte como un ser racional, capaz de construirse a sí mismo y al mundo que lo rodea, ¿por qué dejar tu libertad e identidad a manos de otros? Escapar de la realidad es el mayor acto de cobardía.
Conocer nuestro origen es crucial para el desarrollar una identidad. El contexto sociocultural e histórico en el que nos formamos inevitablemente forja nuestra visión del mundo; por esto no vemos las cosas como son, las vemos como somos, en parte por este peso adquirido y por otra debido a quién elegimos ser. David, el Regreso a la Tierra es un recordatorio de la importancia del autoconocimiento, las diversas manifestaciones del amor y lo inevitable e irreal que es huir de un pasado inconcluso. Anaïs Huerta desnuda la complejidad humana, nos reta a la introspección y como si no fuera poco, hace cada minuto de la vida del protagonista una ventana abierta a la realidad acompañada de una hermosa fotografía a manos de Raúl Cuesta.
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