Película: Descubriendo a Morrissey (England is Mine)
Dirección: Mark Gill
Año: 2017
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Es la biopic no autorizada de Morrisey
No cumple del todo como una biopic
No esperes escuchar música de The Smiths
Da contexto sobre Morrissey pero a la vez asume que sabemos de Morrisey
La personificación del protagónico deja mucho que desear
Steven Patrick Morrissey es una de las figuras más importantes de la cultura pop por dos razones: su música y sus controversias (nomás como ejemplo, recordemos su última presentación en México donde ordenó que no se vendiera carne en el Vive Latino), lo cual lo ha convertido en ese tipo de personalidades que amas u odias.
Con este boom de retratar cinematográficamente la vida de algún artista, era solo cuestión de tiempo para que llegará el momento del exvocalista de The Smiths. Descubriendo a Morrisey (England is Mine), dirigida por el debutante Mark Gill, intenta ser una biopic que aporte más contexto a la enigmática figura del cantante, lo cual logra a medias.
La misantropía y pesimismo del personaje están ahí desde el inicio: “La vida. En ese sentido monótono vale la pena evitarla”, le oímos decir cuando aún no ha hecho acto de presencia en la pantalla. Morrissey, o Steven (Jack Lowden), como es referido en la cinta, es el típico joven –ya no tan adolescente– renegado, que odia todo, característico de esa época donde los Sex Pistols, Joy Division o los New York Dolls hacían del inconformismo un movimiento. Steven, de hecho, era fan de éste último grupo con el cual compartía la mitad de su afecto por algo. La otra mitad era Oscar Wilde.
No estamos ante la historia de ascenso de una estrella de rock. Gill se enfoca en la vida previa del protagonista inmediatamente antes de la formación del grupo que todos conocemos. Una vida, por cierto, algo aburrida. Steven es consciente de su talento como escritor, así que está en busca de una banda musical para explotar de una vez todo su potencial y esfuerzos creativos. Descubriendo a Morrissey narra estos intentos, cada uno seguido por fracasos. Lo vemos incluso poner anuncios en las tiendas de discos que dicen “cantante busca banda para grupo musical”.
A lo largo de su historia, el joven Morrissey ve pasar una sucesión de amigos que lo alientan a pesar de su personalidad arrogante y poco carismática, así como de gente que no lo entiende. A esto hay que sumarle que ya es un adulto con la necesidad de un trabajo, por lo que consigue uno de godínez en una oficina de auditoría. Por otro lado, no se da por vencido en alcanzar su sueño, aunque eso le signifique un conflicto en su trabajo; esta dualidad de labores entre la subsistencia en la vida normal y los intentos por hacer lo que le gusta, aunado a que inevitablemente cada labor interfiere con la otra, complicando aún más las cosas, resulta en el aspecto más interesante de la película.
En el tema de una biopic como la recreación de una parte de la historia, vemos que la relación más duradera y trascendente de Steven en la película es con el joven guitarrista Billy, con el cual Morrissey logra estar más cerca de su objetivo al formar la banda The Nosebleeds, cantera de importantes figuras del rock británico, por ejemplo: el personaje en cuestión de este texto y el joven Billy, mejor conocido como Billy Duffy, guitarrista de The Cult. Este último es el responsable de ayudar a Steven en su meta y por ende la eventual formación de The Smiths, al presentar a Johnny Marr con Morrissey.
El problema está en la personificación unidimensional del protagonista, su actitud bien puede recordar a ese estereotipado personaje de aquella sitcom The Bing Bang Theory, Sheldon, con todo y los gags incluidos de gente refiriéndose a él como «¿así habla siempre?”, lo cual no es de alegrarse. Estoy seguro que el verdadero Morrissey es una persona mucho más interesante.
La mayor parte de Descubriendo a Morrissey nos la pasamos esperando algo que nunca llega –le aviso, lo siguiente no es spoiler, no le estoy arruinando nada, la cinta lo arruina sola–, la historia termina cuando Steven conoce a Jonnhy Marr, responsable también del interés de los fans por esta película. ¡Vamos!, ¿qué hubiera sido de Morrissey sin The Smiths? El filme sugiere que nada, sin embargo, la aparición de Marr es mínima y tardía (eso sin mencionar que tampoco se hace absolutamente ninguna referencia a la interesante escena musical de Manchester en esa época, recordemos esa sí, gran cinta, de Michael Winterbottom, 24 Hour Party People (2002), para ponernos en contexto, ¿No hubiera sido más interesante conocer los primeros años de The Smiths en vez de los quejumbrosos años previos de Morrissey? ¿Acaso habrá una secuela? ¿Esta es la primera parte de una serie de películas con eso de que están de moda los universos compartidos? En cualquier caso, si hay una continuación, esperemos que sea escrita por Cottrell-Boyce y dirigida por Winterbottom.