Producción: PADDINGTON 2
Dirección: PAUL KING
Año: 2017
Palataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Es la secuela de la adaptación de un clásico infantil inglés
Contiene un efectivo sentido del humor
Sus detalles técnicos la hacen encantadora visualmente
Tiene un mensaje optimista y alentador
Tiene contexto para niños y adultos
Durante los primeros minutos de Paddington 2, nos encontramos con una encantadora e ingeniosa secuencia del oso del título recorriendo las calles de Londres con la tía Lucy, la anciana osa que lo crío en sus tierras natales de Perú. Sin embargo, no lo hacen de la manera habitual, ni si siquiera lo hacen de verdad: recorren calles hechas de papel dentro de un libro pop up donde una puerta o ventana es suficiente para pasar la página y visitar otro lugar emblemático de la ciudad. Esta escena es una de las muchas genialidades que podemos encontrar en la película, las cuales son dignas de la imaginación inquieta de un niño. Los edificios se convierten en una casa de juguetes, un cesto de ropa sucia y una sabana en un globo aerostático, una celda de prisión en un bosque o una maleta en una escalera portátil. Pa´ resumir, la cinta de Paul King es una oda a las pequeñas genialidades.
En la secuela de la adaptación live action del clásico de la literatura infantil británica, vemos a un Paddington más que acoplado a la vida londinense. A diferencia de la primera parte, estrenada en 2014, donde el cortés oso estaba en busca de su lugar, aquí es precisamente su ausencia en la comunidad el motor de la historia; todo propiciado por el susodicho libro pop up. La tía Lucy está a punto de cumplir cien años y Paddington (voz de Ben Wishaw) encuentra en el libro el regalo perfecto, esto porque el sueño de su anciana tía había sido siempre conocer Londres. Sin embargo, el ególatra actor en decadencia Phoenix Buchanan (Hugh Grant) roba el libro –el cual contiene un secreto que lo hace valer una fortuna– y, en una confusión, acusan injustamente a Paddington. Su familia, los Brown, mientras tanto, intentan averiguar lo que en realidad pasó y atrapar al verdadero culpable.
La trama es sencilla pero desarrollada de manera ingeniosa. Por un lado, el encarcelado Paddington lleva su optimismo, buenos modales y sándwich de mermelada a la gente –en apariencia– menos indicada; sabemos, y la película no lo oculta, que de una u otra forma Paddington cambiará el ambiente gris de la prisión a uno rosa (literal) fomentando una equitativa comunidad. Afuera, cada Brown con sus propios recursos y habilidades trabajan en conjunto para exculpar a Paddington. Es significativo que estos dos arcos se contrasten con el de Bucahnan, un hombre egocéntrico que sólo busca el éxito propio, vive acompañado sólo de maniquíes y no le hace caso a nadie mas que a su reflejo. En realidad, el personaje de Grant –quien resulta muy simpático- no es el antagonista como tal, sino las malas virtudes.
Un mensaje más que adecuado no sólo para una película dirigida al público infantil, también de manera sutil establece una postura para un contexto en donde el Brexit es el tema más hablado en Reino Unido y donde las ideas de un Trump son discutibles. Qué mayor prueba de aceptación en la comunidad que un inmigrante que ni siquiera es de la misma especie y quien además de valorado se vuelve necesario en la sociedad. Claro, King no va a desarrollar su película alrededor de un tema político, pero la analogía es acertada.
Paddington 2 es encantadora por la acumulación de sutiles y efectivos gags, en vez de pretender la carcajada con chistes exagerados. Hay mucho humor corporal que remite a Buster Keaton y Charles Chaplin, lo cual no es casualidad, hay una secuencia que inevitablemente recuerda una de las más celebres de Tiempos Modernos (Chaplin, 1936). De igual manera, podemos notar un estilo en los escenarios a lo Wes Anderson con un paleta de colores pasteles y encuadres frontales y simétricos, que conjuntados con los detalles técnicos se crea todo un deleite cinematográfico. Por cierto, el elenco original está de regreso con todo y la tierna Sally Hawkins que, por coincidencia, en una escena nos recuerda su participación en la reciente La Forma del Agua (Del Toro, 2017).
A pesar de ciertas convencionalidades, lo cierto es que Paddington 2 tiene un encantador optimismo que no nos caería nada mal tomar en cuenta, como dice Paddington que dice la Tía Lucy: “Si somos amables y educados, el mundo estará bien”, la mayor genialidad de la película es su alentador mensaje.