Producción: El Aro vs La Maldición (Sadako vs Kayako)
Director: Kōji Shiraishi
Año: 2016
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es un crossover de las dos franquicias de terror

Tiene momentos efectivos de espanto

Aprovecha el absurdo de su premisa

Sufre de un preámbulo un poco largo

Queda a deber en las expectativas del enfrentamiento

 

  

 

En 2015 se dio a conocer un póster que incluía a Sadako (de la saga Ringu) y Kayako (de Ju-on) enfrentándose en una película. En primera instancia se veía interesante, básicamente solo por la curiosidad de ver juntas a las dos franquicias japonesas más populares dentro del cine de terror en tiempos recientes. La idea se originó como un chiste de April Fool’s Day que poco tiempo después se hizo una realidad, por lo que uno esperaría más un intento con el único fin de llenar salas que una película de por lo menos de mediana calidad, afortunadamente se acerca más a lo segundo. La película no se toma en serio a sí misma y mantiene un balance entre horror y humor que resulta bastante adecuado para la premisa.

Es obvio que para llegar a la situación del título se tenia que ver el video de Sadako en la casa de Kayako, lo que genera dos interrogantes que son el principal gancho de este crossover: ¿cómo se llega a ese momento? y ¿quién ganaría? Respecto a lo primero, la película plantea las dos maldiciones como leyendas urbanas en una actualidad dominada por lo digital. Un profesor obsesionado con Sadako quiere obtener el video para comprobar su veracidad, convenientemente (para el guion), dos de sus alumnas se hacen de una vieja videocasetera que contiene dicho video, y al despertar la ya conocida maldición recurren a su maestro, quien es la vía para conocer a un par de personajes que parecen salidos de un anime –y de hecho son los más destacados de la cinta–, Keizo, una especie de exorcista y Tamao, una engreída niña psíquica quien es ciega. Este par contribuye a la parte poco seria –la mejor cualidad de la película– a la vez que conecta con la historia paralela acerca de otra adolescente que se acaba de mudar justo a la casa contigua de Kayako y su criatura, Toshio.

Sadako vs Kayako no se complica y toma frecuentes atajos a conveniencia del guion, empezando por la coincidente llegada de Susuka, la nueva vecina de Kayako, y sus dones psíquicos que perciben el mal contiguo, este arco en realidad no se explora mucho –porque no da para más­– y queda un poco rezagado por el de Sadako; lo más destacado es una escena en la que un grupo de niños entran a la casa, lo que propicia una leve investigación por parte de Susuka. Si bien el trayecto para el esperado combate resulta más largo de lo que debería, en su mayor parte es entretenido. Koji Shiraishi aprovecha lo absurdo y le inyecta cierta frescura que la aleja de la obvia comparación occidental (Freddy vs Jason, Ronny Yu, 2003). Respecto al enfrentamiento, no son precisamente fuegos artificiales, los verdaderos méritos de la cinta son los momentos de terror y humor, ambos efectivos, ya que el segundo no es tan simplonamente descarado como lo haría un filme Hollywoodense. Si esperas algo más tradicional en cuanto a la solemnidad que pudiera tener una cinta de horror, no lo vas a encontrar aquí, te encontrarás con más risas de lo que esperabas.

Es cierto que la cinta posee gran cantidad de defectos, los cuales dejan mucho que desear, pero, resultan bastante disfrutables. La cinta no respeta a sus respectivas antecesoras, lo cual juega a su favor al preferir un ambiente osado que evita los clichés, y los personajes con más credibilidad son precisamente los más caricaturescos y desenfadados, Keizo y Tamao. En cuanto al gran encuentro entre estos dos entes tal vez salgas un poco decepcionado, se levantan expectativas que la cinta no logra cumplir, pero en general vale la pena mirarla si te gusta el cine de horror japonés e incluso si estas en busca de algo un poco diferente. Algo también es seguro, Sadako vs Kayako destaca más que las últimas entregas de cada franquicia.

 

 

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