Producción: Guerrero
Director: Ludovic Bonleux
Año: 2018
Plataforma: Cartelera

 

En cinco líneas este documental:

Trata la violencia política en Guerrero

Ofrece oportunidad para la autocrítica como ciudadanos

Es fácil de seguir y cuenta con una excelente calidad testimonial

Puede resultar emocionalmente difícil

Invita a la reflexión

 

   

 

A cuatro años de la desaparición forzada de los cuarenta y tres estudiantes en la localidad de Iguala, Guerrero, parece que nos hemos olvidado de semejante atrocidad. Porque lamentablemente es solo una gota más de un vaso muy grande, o al parecer México goza de una memoria defectuosa, o quizás solo somos una ciudadanía que pasa por alto lo que no nos afecta directamente. Tal vez es todo lo anterior.

A través de relatos de tres activistas en Guerrero, el documental muestra la violencia política que sufre uno de los estados más peligrosos del país, donde la justicia es una palabra sin significado y donde la concepción de una vida pacífica está tan lejos que la paz se concibe como una utopía. Acorralados entre órganos estatales coludidos con el crimen organizado y el crimen organizado en sí, parece que la única forma de defenderse y protegerse es tomando por sus propias manos lo que la ineficiencia y el desinterés de una clase, cuyo deber es abogar por la seguridad y bienestar del pueblo, se ha deslindado de hacer.

En algún punto de la película, uno de los activistas menciona el papel que la educación tiene en la percepción de la participación no solo política, sino también ciudadana: Nos educan para servir al capitalismo, para producir y vivir enajenados, no para servir a nuestra comunidad o para alcanzar nuestro potencial como seres humanos. Lo que resulta no solo en individuos frustrados, ignorantes e infelices que valoran las cosas equivocadas, sino que a su vez, viven en carencia y envueltos en violencia enriqueciendo a las clases dominantes a las cuáles por supuesto, no les importa un carajo.

En el marco de las elecciones presidenciales, rodeados de promesas vacías, el documental nos provoca a la reflexión. La situación del país no cambiará si nosotros no lo hacemos, no importa qué partido lidere o quién nos represente. Si nosotros no exigimos, participamos y nos informamos, México continuará siendo lo que es hoy. Basta con un poco de consciencia histórica para ver que el cambio en nuestro país es posible; sí, los costos son enormes, pero ¿a caso no lo vale? Solo el que trabaja, exige, demanda y tiene iniciativa, trasgrede. Eso es lo que le hace falta a México: participación ciudadana.

Gracias a ciudadanos como los mostrados en Guerrero, hemos precenciado al menos un progreso. Es responsabilidad de todos exigir lo que se nos debe, no solo por el bien común, por nosotros mismos. Porque si no nos ayudamos, ¿quién lo hará? El documental es sin dudas crudo, pero necesario. Pone sobre la mesa temas que no podemos seguir pasando por alto. Te invito a que hagas un pequeño ejercicio de responsabilidad y consciencia y no te pierdas este documental.

 

 

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