PRODUCCIÓN: El Planeta de los Simios (WAR FOR THE PLANET OF THE APES)
DIRECCIÓN: MATT REEVES
AÑO: 2017
PLATAFORMA: CARTELERA

 

En 5 líneas esta película:

Es la tercera parte de esta nueva trilogía

Tiene una gran interpretación de Andy Serkis

Entrega una reinvención del personaje de César

Contiene guiños a terribles sucesos de nuestra historia

Tiene momentos conmovedores

 

   

 

Una de las principales características de esta nueva trilogía es que no utiliza un recurso narrativo que sí explotan en la primera: el viaje en el tiempo. Este reboot, si bien se alimenta de las secuelas/precuelas de la saga original, plantea un nuevo origen a las situaciones de la mítica película de 1968. Opta por desarrollar la historia a través de acciones más cercanas a nuestra realidad que a la ciencia ficción como tal.

En Planeta de los Simios: (R) Evolución (Wyatt, 2011) vimos la rebelión de los simios comandada por César (Andy Serkis) y consecuencia de la escasa empatía de los humanos por especies inferiores. En Planeta de los Simios: Confrontación (Reeves, 2014), Cesar intenta no repetir los mismos vicios errantes de los hombres y prefiere la convivencia pacífica entre las especies, sin embargo, se da cuenta tarde que bajo ciertas circunstancias su especie reaccionaría exactamente igual que los humanos. En el desenlace de la trilogía se evidencian los grandes errores de los hombres así como el motivo de su derrota.

Parte de la aniquilación de la humanidad es debido a sus propias divisiones internas, las cuales la han caracterizado, mientras que el anticipado triunfo de los simios se da precisamente gracias a su unión. En Planeta de los Simios: Confrontación, César se da cuenta de que simios y humanos son más parecidos de lo que pensaba. Ahora, pelea una guerra que él no inició y sabe que la única forma de ganarla es precisamente manteniendo a su especie unida. Aunque César se encuentra en una situación similar a la de Koba, invadido por el deseo de venganza, sabe que la principal lucha es consigo mismo. Así como entiende que no todos los humanos son iguales, se da cuenta que tampoco todos los simios lo son. Ni siquiera el mismo humano o el mismo simio es igual en diferentes circunstancias. Estos matices crean relaciones y situaciones más complejas que le aportan a la trilogía la profundidad que el típico blockbuster veraniego no tiene.

Por otro lado, el Coronel, interpretado magníficamente por Woody Harrelson —y quien inevitablemente recuerda al personaje de Marlon Brando en Apocalypse Now (Coppola, 1979)— es la representación del militarismo, y de igual manera nos recuerda los momentos más sombríos de nuestra historia como especie: esclavitud, exterminio, campos de concentración… El que en un principio parece ser el típico personaje antagonista poco a poco revela sus verdaderas motivaciones e ideología.

A pesar de llevar la palabra Guerra en su título, la película deja un poco de lado el enfrentamiento bélico, la primera parte de la cinta es más cercana a una road movie, al estilo de The Road (Hillcoat, 2010) o Logan (Mangold, 2017), incluso con la aparición de una niña que no puede hablar, consecuencia de la mutación de la gripe simia, la cual, como conocimos en las anteriores entregas, mata a la mayoría de la humanidad, para luego mutar en un virus que acerca a los humanos inmunes a su lado más primitivo. Mientras, la segunda parte es una suerte de Espartaco (Kubrick, 1960), en el que incluso vemos a César crucificado y recibiendo azotes a cambio de un poco de comida y agua para los suyos.

Aunque menor, la cinta también tiene su lado cómico, el cual recae en el personaje que se llama a si mismo simio malo, un pequeño chango de zoológico que se contagió del virus y por ende aprendió a hablar; el personaje es un respiro, pero su pasado es igual de trágico y sombrío. Es difícil no ponerse del lado de los simios, no solo por ser representados como seres con más humanidad (en su sentido más abstracto), sino por mostrar las atrocidades y errores que ya hemos cometido. La cinta, de manera muy acertada, balancea la ciencia ficción con contexto político y social cercano a nuestras épocas actuales.

Reeves nos ha entregado una gran película de ciencia ficción, adecuada a estas épocas, tanto en su sentido contextual como de entretenimiento, puesto que esta nueva franquicia es una excepción a lo realizado por Hollywood en tiempos recientes, al preferir el desarrollo de temas más profundos que mostrar explosiones (a pesar que hay un par) y acción gratuita. Sin duda, una cuarta entrega sería bienvenida: todavía hay tramo para conocer el verdadero planeta de los simios.

 

 

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