Producción: Hell or High Water (Enemigo de Todos)
Director: David Mackenzie
Año: 2016
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es de drama y acción

Tiene un gran elenco

A pesar de la acción es sobria

Tiene momentos de redención

Es una película texana

 

   

 

Pocos ecosistemas evocan tanto al mito dentro de la filmografía estadounidense como las semidesérticas praderas de la franja fronteriza con México. En este océano de tierra, los motivos no cambian y las formas no ceden ante la digitalización de la sociedad contemporánea, solo se actualizan. Aquí es donde la incipiente pluma del actor y guionista Taylor Sheridan ha comenzado a moldear  su voz autora, primero firmando el muy interesante guión de Sicario, y ahora presentando Hell or High Water, aliado con el errante director escocés David Mackenzie para narrar la historia de dos hermanos, interpretados por Chris Pine y Ben Foster, con una misión suicida: robar la cantidad necesaria de bancos para acumular el dinero que haga falta y salvar el rancho familiar, ubicado en el oeste texano; en contraparte, un cansado ranger, interpretado por Jeff Bridges, a punto del retiro les sigue la pista mientras intenta analizar los perfiles del inusual dúo.

Puestos en la mesa todos los elementos para la cacería habitual, Hell or High Water hace una revisión rutinaria de temáticas del género, como el sentido del deber, la justicia en manos del ciudadano armado, el recelo hacia las instituciones y el valor de la supervivencia. Es en la ejecución de esta revisión donde la película sorprende gratamente, en parte gracias al guion tejido por Sheridan, cuya aura novelística dota a la película de un carisma seco y crepuscular, deudor de la obra de Cormac McCarthy, retratada previamente con maestría por los hermanos Coen en No Country For Old Men.

En la estepa texana, una persecución de estas características solo puede augurar un desenlace de naturaleza violenta, sin embargo, esta película no exime a sus protagonistas de encontrar cierta redención o esclarecimiento hacia el desenlace de la misma; en lugar de apelar al creciente uso de la ambigüedad de intenciones y resoluciones dentro del género como recurso para justificar la incertidumbre generalizada de estos tiempos revueltos, Mackenzie y Sheridan apuestan por lo básico y elemental para dar sentido a los hechos narrados: la familia como motor de todo, por lo cual existir y también morir.

Las interpretaciones son la segunda razón por la que Hell or High Water funciona, pues llevadas de la mano por el meritorio diálogo, penetran la escamosa piel de sus personajes y nos dejan ver dentro de sus vulnerabilidades con sutileza. La relación entre los hermanos, interpretados por Chris Pine y el siempre magnífico Ben Foster, ofrece momentos de intimidad, cotidianidad y amor fraternal con suficiente empuje dramático; ellos son el motor emocional de la cinta. En el otro extremo, Jeff Bridges se ha conseguido una nominación al Óscar por su hosca actuación como emisario de la policía, quien ejerce de motor intelectual, cargando el peso del tiempo sobre la espalda y la confusión de quien voltea hacia el pasado abrumado por sucesos presentes que no puede comprender del todo, sin encontrar muchos referentes satisfactorios de cara al corto futuro que le precede. Después de todo, es y seguirá siendo un país no apto para viejos.

 

 

 

add_filter( 'the_title', 'max_title_length');