La respuesta es: No. Me explico a continuación.

Para aquella generación que ni es millennial ni es x, Los Simpson representaron una niñez llena de risas y burlas, al menos por diez temporadas. No se había visto nada en la televisión como los personajes amarillos, y francamente a nosotros nos importaba poco, lo disfrutábamos al costo, como si el status quo de la televisión fuera así de divertido. El gusto nos duró pasadita la pubertad, donde nuestra preferencia cambió de Bart a Homero (y los escritores lo sabían y/o nos la alimentaron así). Algo nos decía que Los Simpson iban a ser eternos, no solo en la memoria colectiva de toda una generación, sino en la historia de la televisión. Lo que nunca pensamos es que las dos últimas décadas de esas tres, Los Simpson iba a ser un programa de televisión muerto en vida para nosotros. Crecimos con ellos, pero ellos no crecieron para nosotros.

Diez años después del debut como serie de media hora de Los Simpsons, Matt Groening nos presentó Futurama, el hermano menor de su gran creación. Parafraseando sus propias palabras, Futurama haría con la ciencia ficción lo que Los Simpsons hizo con la familia norteamericana. Y así fue, pero también un relevo de quienes ya no creían en Marge y los suyos.

La serie originalmente duró de 1999 a 2003, posteriormente le siguieron cuatro películas producidas para formato casero. Ante la aclamación de sus fieles seguidores, la serie revivió del 2010 al 2013, para terminar de una vez por todas. A lo largo de sus cuatro temporadas iniciales, Futurama logró emanar ese espíritu Simpson de risas inocentes, pero también tocándonos el corazón como solo los de Groening saben hacer. Pero el éxito más grande de la serie fue que logró ser sátira de ciencia ficción y ser ficción a la vez.

Y casi como la entrega de la batuta en una carrera de relevos, en diciembre del 2013 se estrenó la primera temporada de Rick and Morty.

Tengo que confesar, el amor profundo que sentía por Futurama me mantuvo alejado de Rick and Morty, a pesar de todas las recomendaciones de personas con las que comparto una gran correlación en gustos: «si te gustó Futurama, te va a gustar Rick and Morty«. Cuando finalmente me di la oportunidad, este mismo 2017, quedé enganchado y me volví tan fan como cualquiera. La acides de la comedia es tan punzante como pequeños alfileres que no sabes si te duelen o te gustan, la ciencia ficción puede llegar a niveles complejos aunque nunca perdiendo el matiz de sátira, y tanto Rick, como Morty, como Jerry, son tres de los mejores personajes que se ha parado en la televisión de comedia. La serie es oro puro.

Pero no es mejor que Futurama –aún– por tres razones:

 

Bender es un personaje más complejo que Rick

No sé exactamente a cuántos voy a ofender con este comentario, pero es la realidad a la que hay que enfrentarse: Rick es un derivado de Bender. De hecho el «Sánchez» no puede verse como otra cosa que no sea un homenaje al «Rodriguez» del robot. Por otro lado, ambos comparten esa actitud nihilista/narcisista y el gusto por darse con todo en la fiesta. Aquí la cuestión es que Bender justifica toda esta destrucción porque es un robot. En la literatura de ciencia ficción de principios del siglo pasado se decía que uno de los grandes retos era crear inteligencia artificial que pensara como tal, no como un humano. Bender es justamente eso, y esto lo podemos comprobar con una pequeña instancia:

En la primera película, Bender’s Big Score, el robot viaja en el tiempo para matar a Fry y cuando lo logra se manda una de las mejores frases de la ciencia ficción:

«[llorando] Misión cumplida.»

«¿Está muerto Fry?»

«Ningún otro robot podía haberlo hecho, me tomó doce años sin descanso, pero encontré a mi mejor amigo y lo maté… ¡soy el mejor!»

Aquí el robot no está preocupado por los valores humanos de amistad, lealtad o inclusive arrepentimiento, aquí el está asombrado por un hecho tan obsceno y está fascinado que él fue quien pudo aventarse tal faena. Esto es verdaderamente como pensaría un robot (con la personalidad de Bender) y un twist fantástico a un personaje tan noble como Bender. Rick Sánchez por su parte, a pesar de su aguda personalidad, sigue atado a la conformidad de su humanidad, tanto en sus fallas como en sus aciertos; algo de esto podemos ver en su relación con Morty en el episodio seis de la tercera temporada Rest and Ricklaxation.

 

Futurama tiene una dimensión extra en los sentimiento que evoca

El elemento más obvio es el del romance entre Fry y Leela, el cual evoluciona ante nuestros ojos a lo largo de toda la serie y llega a su conclusión en el tremendo gran final. Pero donde Futurama pega más duro es en la relación entre Fry y su pasado. Si nos ponemos a pensarlo, la desaparición de Fry fue un evento traumatizante para su familia, quienes perdieron a un hijo y a un hermano (y a un amo). La serie nos lo hace saber con capítulos devastadores, donde se nos muestra al perro de Fry, quien lo esperó hasta la muerte, al hermano de Fry, quien nombró a su hijo en su honor (en toda su gloria ochentera), o cuando su madre tiene la fortuna cósmica de recibirlo en sus sueños. Es difícil ver alguno de estos capítulos y no sentir como el corazón se nos encoge como una pasita. Y no son las únicas historias de este tono ni todos los personajes que participan en el, en realidad la serie tiene toda una dimensión dramática/buena vibra que complementa nuestra experiencia. Algo que Rick and Morty aún no se ha aventurado a intentar.

 

Hay que respetar a nuestros mayores

El antiguo proverbio a final de cuentas está basado en la realidad por una razón, ellos ya vivieron lo que nosotros no, y la vida da tantas vueltas que no sabemos de qué lado nos vamos a encontrar cuando vengamos de regreso. La historia de Futurama fue tortuosa, llena de cancelaciones, cambios de canal y relanzamientos. A final de cuentas tenemos siete temporadas completas, ciento cuarenta episodios y cuatro largometrajes. Para que Rick and Morty se gane su derecho de piso, le faltan algunos capítulos más, donde demuestre que esa consistencia que le hemos visto hasta ahorita es real y duradera. Por otro lado, no estaría nada mal que nos regalaran un largometraje, donde puedan pensar en grande, con un arco con amplitud que se tuerza y se retuerza y llegue a donde empezó; no es nada fácil, si no nada más vean como le fue a la película de Los Simpson.

 


 

Por supuesto que todo esto es subjetivo, que respeto y reconozco a quienes les guste más Rick and Morty que Futurama, e inclusive a quienes no les guste Futurama y sí Rick and Morty. La realidad de las cosas es que debemos estar agradecidos que existan ambas series, y que la mezcla de animación y la sátira de ciencia ficción –producto del siglo XXI– es verdaderamente un pedacito de felicidad cotidiana que hay que celebrar y homenajear hablando de ella.

 

 

 

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