Un día más que se va del 14° Festival Internacional de Cine de Morelia y la verdad que el desfile de talento no termina. En nuestro sexto día nos tocó ver cuatro películas, dos de ellas seguro veremos en cartelera comercial próximamente, y dos de competencia de largometraje mexicano que seguramente podremos ver pero solo en cartelera limitada.

 

En nuestro sexto día nos tocó ver:

Arrival (Denis Villeneuve, 2016)
El Sueño del Mara’akame (Federico Cecchetti, 2016)
La Caja Vacía (Claudia Sainte-Luce, 2106)
The Girl on the Train (Tate Taylor,2016)

 

El día empezó con una película que personalmente estaba emocionado de ver, Arrival de Denis Villeneuve. Esta es la única película del festival con ciencia ficción a lo Hollywood, es decir con producción mamastrosa, efectos especiales y posiblemente una historia para viajarse. La película resultó ser así en sus primeras tres cuartas partes: un gran diseño de producción, buena banda sonora (esa si se mantuvo a lo largo de toda la película), efectos especiales bajo control pero disfrutables, buena actuación de Amy Adams y un guion que le da un pequeño giro—algo más técnico—a las películas de encuentros cercanos a las que estamos acostumbrados. El problema es que hacia el cierre de la película pareciera que el director decidió apretar el botón “Hollywood” para salirse del embrollo que había venido tejiendo tan habilidosamente. Posiblemente lo hizo para darle más emoción al desenlace, o bien porque no sentía que había una salida “intelectualoide” que le satisficiera. El hecho es que la película termina de manera viajada pero por debajo del nivel que muestra durante sus tres primeras partes.

De ahí nos tocó bajar de nueva cuenta a un rollo mucho más aterrizado con El Sueño del Mara’akame, película de Federico Cecchetti. La historia trata sobre una comunidad Huichol y los dilemas que tiene al interactuar con el mundo “externo” o la “modernidad”. Este conflicto está representado por un joven adolescente, a quien su padre lo quiere inducir en las tradiciones shamánicas de su pueblo, mientras el quiere formar parte de una banda cumbiera. La historia tiene notas surrealistas, basadas en el uso de peyote como medicina del alma. El proyecto está muy bien realizado por su director, y es un ejercicio sumamente ilustrador de una comunidad de la cual se conocen sus artesanías, más no el centro de su identidad.

Posteriormente nos tocó ver la segunda película del día parte de la selección oficial, en esta ocasión fue La Caja Vacía, de Claudia Sainte-Luce. La historia trata de Jasmín, una mujer en sus treintas quien lleva una relación un tanto seca y truncada con su padre, la única familia que tiene. Un día su padre tiene una emergencia de la cual le diagnostican demencia vesicular. La película nos muestra como la relación entre la hija y el padre crece, mientras la salud del viejo se deteriora. A medida que el padre va perdiendo la razón, la historia nos empieza a transportar a otros lugares y otros tiempos de su pasado. La historia es un drama entrañable con toques de realismo mágico que nos ayudan a entender mejor a esta persona en el ocaso de su vida, y el regalo de sus últimos días a la hija que le sobrevive.

Para finalizar el día nos tocó ver The Girl on the Train de Tate Taylor, presentada en sala nada más y nada menos que por Edgar Ramirez; el actor venezolano además de ser un caballero se ha abierto camino recientemente en Hollywood y lo hemos visto por todos lados. La película en sí es un thriller genérico del tipo “¿quien la mató?” que no aporta nada nuevo al género. La historia engancha y hay suficiente buen elenco para mantener al público entretenido. Lo más relevante de la producción es Emily Blunt en el papel protagónico, quien llora lo suficientemente convincente durante toda la película como para merecer una nominación al Óscar, si la competencia no estuviera tan reñida este año.

 

Se acaba el festival, nos sin antes ver unas cuantas película mexicanas más y un par de pesos pesado. Mañana les contamos.

 

 

 

 

 

 

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