Producción: Free Solo
Dirección: Jimmy Chin; Elizabeth Chai Vasarhelri 
Año: 2018
Plataforma:Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es un documental deportivo

Es sobre la actividad de escalar sin soga ni protección

La historia de vida del protagonista le da otro nivel

Es estimulante

Tiene buenas secuencias llenas de tensión

 

 

 

Alex Honnold puede morir en cualquier momento durante su trabajo. Solo tiene dos opciones: hacerlo perfecto o morir. Cualquiera puede morir cualquier día, el mismo Alex lo dice y prefiere estar más cerca de perder la vida que de vivirla sin entusiasmo. Es la idea principal del documental ganador del Oscar que repasa la carrera de un escalador profesional a través de su intento por subir sin soga ni ninguna protección una de las rocas más altas y difíciles del mundo. Lo más destacado del documental no es la motivación deportiva, sino los sacrificios que se hacen para continuar con la pasión.

Es evidente que la intención inicial del documental es registrar la hazaña. Los cineastas Jimmy Chin y Elizabeth Chai Vasarhelri nos quieren provocar nervios con esas amplias tomas contra picadas donde el fondo es el vacío en el cual Alex podría caer en cualquier momento, porque el free solo es justo escalar sin ninguna protección, sin cuerda ni nada mas que las manos y los pies. Hacer esto requiere más que habilidad, preparación y estar en forma; requiere tener menos actividad en la amígdala (región del cerebro que produce el miedo), según le dicen los doctores, para conseguir una mayor concentración.

Hay una cierta ironía en todo el asunto: Honnold no puede concentrarse en su totalidad si lo están filmando. Está claro que es un adicto a esta actividad que requiere confiarle tu vida a las yemas de tus dedos y la punta de tus tenis, un impulso que crece con cada logro, por ende lo tiene que tomar en serio; ahí es cuando viene el otro lado del documental, el lado más intimo y conmovedor de la historia.

Honnold no es una persona común. Vive en una camioneta con lo mínimo para subsistir, su día consiste en hacer ejercicio y planear su siguiente escalada; en esta ocasión El Capitán, una roca de casi mil metros de altura. Dedica completamente su vida a la misma actividad que se la puede quitar, todo lo que venga será un extra. Esto lo deja sin mucho tiempo para la vida social, la cual no necesita ni busca; sus amigos/colegas lo describen como una persona retraída y brutalmente honesta que solo tiene en su cabeza una cosa: escalar, actividad que le ha traído cierta fama y dinero. Pero hay otra ironía, de alguna forma se consiguió una relación amorosa un poco más seria.

A pesar que su novia es una chica intrépida, Alex tiene que lidiar entre las preocupaciones que le produce a ella, las típicas actividades de una pareja (lo vemos en busca de una casa sin la más mínima emoción, solo para complacer a su novia) y su pasión por escalar. Ese es el verdadero conflicto de Alex y del largometraje, porque en el sentido deportivo lo que sucede es predecible. Si Honnold no hubiera logrado la hazaña, la manera de abordar el documental hubiera sido por completo diferente.

Free Solo, en general, es un documental estimulante. Si bien, lo deportivo es predecible, no deja de sentirse el suspenso con cada escalada.

 

 

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