Producción: Friends from Collage
Creadores: Francesca Delbanco, Nicholas Stoller
Año: 2017
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta serie:

Es de comedia

Tiene un buen elenco

Tiene diálogos forzados

Carece de momentos memorables

Sus personajes llegan a ser sosos

 

 

 

Que difícil es ser una serie de comedia de Netflix cuando tienes en frente, entre otras, a Master of None. La apuesta para hacer reír siempre tiene que ir encaminada hacia la cotidianidad, a partir de la cual el espectador se pueda sentir identificado con lo que ve en pantalla. En este sentido, Friends from College apela a los amigos universitarios que duran toda una vida y su reencuentro ahora que todos están rondando los cuarenta. El problema es que para hacer reír también se necesita algo especial, casi innato, y aunque se nota que los episodios sí fueron pensados y trabajados, la serie carece de ángel.

Veinte años han pasado desde aquellos, sus mejores años, en la universidad de Harvard. A partir de entonces, Ethan (Keegan-Michael Key), Lisa (Cobie Smulders), Sam (Annie Parisse), Marianne (Jae Suh Park), Max (Fred Savage) y Nick (Nat Faxon) han continuado con su vida no tan alejados del resto. Ethan es un escritor medianamente reconocido, quien desde hace varios años no ha conseguido publicar algo nuevo. Además, él y su esposa Lisa buscan tener un bebé. El problema radica en que, desde que van a la universidad, Ethan ha estado viviendo un romance con otra de las amigas del círculo: Sam. La distancia les ha permitido mantener la mentira durante esos veinte años, hasta que un día deciden mudarse a New York, marcando así el reencuentro del grupo y el comienzo del conflicto.

Friends from College tiene un par de grandes aciertos. El primero es, sin lugar a dudas, el elenco. El trabajo de Keegan-Michael Key es bueno. Sobre su personaje giran todos los demás y su interpretación contribuye de gran manera a que el grupo de amigos se sienta íntimo. Además, las escenas con Max y Nick son de las mejores. El gran problema es el personaje por sí mismo, aunque sirve como eje, no deja de sentirse soso. Algunas de las situaciones que fueron construidas para ponerlo en aprietos, y que son suficientemente incomodas para reír, son resueltas, rompiendo cosas y acompañándose de diálogos forzados y poco orgánicos.

Otro punto a favor de la serie es el humor, distinto para cada uno de los personajes. Mientras que todo alrededor de Ethan es impulsivo y fuera de control, el día a día de Lisa ilustra su lucha por mantener el orden y la calma en un ambiente hostil y un poco más elaborado. Sin embargo, en ese intento por darle esencia a cada uno, el tránsito entre ellos se convierte en una experiencia extraña, en la que se puede llegar a sentir uno incómodo, sin saber bien por qué.

La serie es que se esfuerza demasiado. Algunas situaciones, que deberían ser las más divertidas, se resuelven con chistes de pastelazo… La buena noticia es que los episodios duran apenas treinta minutos y son únicamente ocho en total. Friends from College es ese tío incómodo que hace voces raras para intentar provocar la risa. Al principio parece pesado, pero eventualmente puede que termine uno por ceder y soltar alguna que otra carcajada.

 

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