Producción: Godless
Creador: Scott Frank
Año: 2017
Plataforma: Netflix

 

En cinco líneas esta serie:

Es un western posmoderno

El rendimiento del cast es impecable

La premisa es simple pero la ejecución prolija

Tiene una base existencialista que empata con la historia

Sus personajes son de gran atractivo psicológico

 

   

 

Como bastantes  de ustedes lo sabrán, Netflix incorporó hace unos días  a su catalogo de contenido original una mini serie western escrita y dirigida por Scott Frank. Si bien desde el inicio Godless prometía dar material para una buena  discusión, los resultados superan cualquier expectativa. Incluso para mi, que definitivamente no soy ávida del genero (aunque cuente con uno que otro western en mi lista de must see), encontré en la serie una enorme satisfacción.

La historia se sitúa en Nuevo México donde un grupo de sanguinarios bandidos arrasan ciudades enteras bajo el mando de Frank Griffin (Jeff Daniels), un temido y despiadado ladrón. Cuando un integrante de la banda, Roy Goode (Jack O’Connell), decide dejar el grupo, no sin antes robarles, una ola de furia y violencia se desata en el intento de Griffin por atrapar y asesinar al que consideraba su hijo. El villano está decidido a acabar con todo y todos los que se crucen en su camino a la justicia, en una tierra  donde para él Dios no existe y por lo tanto el hombre es arrojado a un mundo cruel donde debe ser completamente responsable de su existencia. La historia toma un giro interesante cuando Roy se refugia en un pueblo minero poblado enteramente por mujeres. Aquí se encuentra el primer punto a favor de la serie, en la fuerza de los personajes femeninos en un marco histórico inusual para esta representación. Ante la ausencia de hombres debido a un accidente fatal en la mina, el pueblo de La Belle tienes los días contados hacia una masacre por haber refugiado al hijo rebelde de Frank Griffin.

Los tintes un poco existencialistas de la serie son aterrizados de manera prolija en un guion al que vale la pena prestar atención, sobre todo desde el lado de Frank. La construcción de su personaje es sumamente interesante aunque en algún punto pueda ser contradictorio con sus acciones, sin embargo me parece que la intención de los creadores nunca fue polarizar a Griffin y crear un villano clásico, en el cual no existe una pizca de bondad.

Si bien la premisa es simple y los episodios extensos, podrías pensar que la narración debe ser lenta y sí, totalmente. Pero aquí es donde la producción da un paso al frente. Mediante actuaciones impecables, la complejidad de los personajes, un guion crudo, una buena dosis de violencia –imperdonable en un western– y una fotografía deslumbrante de paisajes salvajes, logran mantenerte enganchado de inicio a fin sin quitar el dedo del renglón. Es esta su gran fortaleza, el lograr atraparte con un discurso tan simple en un género que puede resultar demasiado plano para muchos, donde la historia se reduce a pistolas, egos frágiles y persecuciones. Por esto me atrevo a decir que probablemente Godless es uno de los más grandes y recientes aciertos de la plataforma al conseguir darle vida a un terreno árido y poco fértil para un gran porcentaje de espectadores. Sin duda la ejecución de la historia fue hecha con gran astucia, ofreciéndonos un western que todos podemos disfrutar.

 

 

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