Producción: Halloween
Dirección: David Gordon Green
Año: 2018
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es la undécima de la franquicia

Es una secuela directa de la cinta de John Carpenter

Tiene la misma premisa de siempre pero bien ejecutada

Es brutalmente violenta

Si acaso, sólo nos pide haber visto la película original

 

 

 

Cuarenta años después del estreno de la mítica Halloween (Carpenter, 1978), la cual marcaría un boom en las películas slasher de los ochenta, Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) y el asesino Michael Myers regresan (por segunda vez) con un enfoque similar a la cinta que conmemoraba veinte años del inicio de la franquicia, Halloween H20: 20 Years Later (Miner, 1998). Por lo tanto, podríamos considerar a la undécima película de Myers como una especie de Halloween H40 que, al igual que aquella producción de finales de los noventa, omite las secuelas intermedias –H20 retoma los sucesos de Halloween 2 (Rosenthal, 1981) prescindiendo de la 3, 4, 5 y 6– al pretender ser una continuación directa de la película de Carpenter y dejando (casi) en el olvido las nueve películas anteriores (Myers y Strode ya no son hermanos), convirtiéndose de esta manera en una mezcla de secuela y reebot.

Habría, primero, que dejar en claro algo: cuatro décadas después del filme original no sé qué tanto más se le pueda agregar, innovar, renovar o lo que sea al subgénero slasher. Por un lado, aquella historia setentera era una revelación, pero también una película tan sencilla como efectiva (la complejidad de la sencillez, le llamarían algunos), que en su esencia trata de la lucha entre una víctima y su victimario, Laurie Strode y Michael Myers; esa es la idea central y a lo que Gordon Green y los guionistas Danny McBride y Jeff Fradley vuelven de la manera más adecuada que podrían hacerlo: siendo visceral y con suspenso al por mayor.

Una vez dicho lo anterior, podemos decir en términos diegéticos que la historia se repite. Myers (Nick Castle) ha pasado cuarenta años encerrado en un psiquiátrico y aún sin mencionar una palabra, mientras que Laurie (Jamie Lee Curtis) ha pasado esos cuarenta años lidiando con el recuerdo de aquella brutal noche de brujas de 1978 en Haddonfield, Illinois, que la ha convertido en una paranoica pero mortal mujer con sed de venganza. Ella se ha sometido a un extenso entrenamiento en armas de fuego y ha transformado su casa en una fortaleza. Esta actitud le trajo consecuencias, como vivir aislada, amargada, cobrando por entrevistas y alejada de su hija Karen (Judy Greer) y su nieta Allison (Andi Matichak). Un buen día, Michael escapa tras un fallido intento de traslado y la cacería empieza otra vez.

Pese a que la premisa es la misma, no estamos ante un descarado remake para encender de nuevo la maquinaria de dólares. McBride y Green incorporan cierto drama familiar derivado del suceso de hace cuarenta años, cuyo impacto principal es el desarrollo de un trauma en Laurie que afectó también a las generaciones posteriores: Karen no ve con buenos ojos a su madre debido a la dura y severa infancia que sufrió, lo cual desembocó en que trabajadores sociales la alejaran de su madre. El director y compañía, simplemente, ponen en otro contexto la base argumental de la historia, con un Myers dispuesto a terminar el trabajo y con una Laurie esperándolo, aunque la usual batalla del clímax final, tan característica en la franquicia, es más equilibrada.

Uno de los puntos clave y más desconcertantes de la historia original fue el misticismo y desconocimiento de las motivaciones de Myers. Gordon Green regresa a esto entregándonos de nueva cuenta al asesino como la personificación de la maldad e incluso, de cierta manera, se mofa de todas las secuelas que intentaban encontrarle una razón al psicópata asesino (y fracasaron rotundamente), con el brutal desenlace de un personaje que intenta obsesivamente entender la mente de Michael.

Como se mencionó antes, en cuestión de canon, Halloween (2018) no toma elementos de las nueve cintas anteriores, pero sí tiene referencias para el fan service: Myers mata a una señora en su cocina con el cuchillo que esta utilizaba para preparar comida, como sucedió en Halloween 2, o al nuevo psiquiatra de Michael, el Dr. Ranbir Sartain (Haluk Bilginer), que se le llama el nuevo Loomis. Este tipo de momentos que nos encontramos durante toda la cinta dejaran satisfechos a los fieles seguidores de la franquicia.

En definitiva, Halloween (2018) es un satisfactorio regreso a la esencia de John Carpenter. No muestra nada nuevo, pero ¿qué más da? Se entrega, no de forma complaciente sino bien ejecutada, lo que los fans esperan: una violenta historia de terror y suspenso con Michael Myers asesinando a quienes esperamos sean asesinados y a Jamie Lee Curtis regresando algún madrazo en compensación por esos cuarenta años, mientras el icónico tema de Carpenter suena de fondo… so fucking beautiful!

 

 

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