Producción: Halloween
Dirección: David Gordon Green
Año: 2018
Plataforma: Cartelera comercial

 

En 5 líneas esta película:

Es una secuela de la película original

No pertenece al resto de la cronología

Hace un homenaje al cine setentero

Es entretenida

No se salva de los clichés del género

 

  

 

En un mundo donde los universos cinematográficos y los multiversos se ven copados por los superhéroes y otras figuras de la cultura pop, cabe recordar que en tiempos mejores (menos atiborrados), la ciencia ficción y el terror habían dominado estas narrativas con ahínco luego de secuelas, precuelas, remakes, reboots, etcétera.

También, cabe resaltar el carácter nostálgico de nuestra era que ha traído de vuelta a algunas de las mejores franquicias de década pasadas, sea en remakes o secuelas directas que poco tienen que ver con el estilo de las obras originales, como el caso de Cazafantasmas, Jumanji, Eso o próximamente, Chucky.

Pero una de ellas, Halloween, se ha convertido en una de las más anticipadas cintas de terror del año, pues marca el cuarenta aniversario de la saga, siendo esta una secuela directa de la primera parte de 1978, dirigida por John Carpenter, la que fuera un parte-aguas en la industria. Aunque para los menos abusados, la cronología de las secuelas puede resultar confusa, así que aquí les va una breve síntesis.

 

Resolviendo el acertijo:

La primera parte cuenta la historia de un joven llamado Michael Myers, que acuchilla a su hermana a la edad de seis años una noche de halloween, luego de que esta tuviera relaciones sexuales con su novio (un tema recurrente en el slasher de la época). Myers pasa quince años en una institución mental y al salir comienza a aterrorizar a la joven Laurie Strode.

En la secuela, de 1981 de Rick Rosenthal, Myers busca a Laurie en el hospital y al final muere aparentemente. Esta decisión sirvió de antesala para usar el título Halloween como una serie antológica de historias ocurridas la noche de brujas, pero luego de Halloween III (Wallace 1982), los productores decidieron continuar con la historia de Myers en la cuarta (Little, 1988), quinta (Othenin-Girard, 1989) y sexta parte (Chapelle, 1995), con una historia más alejada de la original.

Para el veinte aniversario, Halloween H20 (Miner, 1998), se retomaba al personaje de Laurie y los hechos de la segunda parte, siendo una segunda línea temporal que terminó con Halloween: Resurrección (Rosenthal 2002), dando final a la franquicia original.

En 2007, el músico y director Rob Zombie reinicia la franquicia y saca una segunda parte en 2009, siendo así un hito un tanto de culto para los fanáticos de este particular personaje. Finalmente, para el cuarenta aniversario, Carpenter retoma a la historia de la primera película, ahora sin Deborah Hill, su antes esposa y co-creadora del homicida, y produce Halloween (2018), dirigida por David Gordon Green, una secuela directa de la primera, que se convierte a su vez en la cuarta línea temporal de este universo.

 

¿Una secuela digna o un reboot disfrazado?

Halloween, a secas, es una suerte de homenaje/carta nostálgica al cine de slasher setentero y a la serie b, pues su antecesora, la película original, era una producción independiente y de bajo presupuesto; era la primera gran película de su director y el debut de Jaime Lee Curtis en la pantalla, quien es una de las figuras más respetadas en el cine de terror.

No es casual que se haya optado por el título homónimo, ni que la historia sea una continuación, o que el reparto original retome la piel de estos personajes. Acá, Myers estuvo todo este tiempo en una institución mental de la que logra escapar para buscar venganza contra Laurie (de quien se aclara, no es su hermana como originalmente se nos había hecho pensar), quien tuvo una hija llamada Karen y esta a su vez una hija llamada Allyson. Madre e hija son distantes, pues las secuelas de lo ocurrido en los setenta sembraron en Laurie una paranoia que la obligó a educar a Karen bajo la sombra de la incertidumbre y el miedo y ella, queriendo proteger a Allyson, decide apartar a su madre de su vida. Laurie vive a la espera del regreso del maniaco, para cobrar lo ocurrido y cerrar para siempre su herida, volviendo la historia en una persecución refrescante, donde el juego del gato y el ratón se invierte constantemente y Laurie y Myers están conectados por algo más fuerte que el destino, el deseo de venganza.

Sin embargo, una de las inspiraciones más directas de la cinta a los años setenta la vuelven un tanto más torpe, pues a la luz de la era moderna, las resoluciones parecen no solo simplonas, sino hasta chistosas e inverosímiles. Ello no demerita el poder de la imagen y el sonido que Gordon Green impregna a cada momento, pero sí reduce bastante la expectativa.

Al final, esta secuela/reboot nos da lo que promete, un encuentro épico con el pasado y una resolución efectista para los espectadores del hoy, seguramente apelando más a aquellos que crecieron maratonenando a este y otros personajes como Ghostface, Jason o Freddy Krueger,

Halloween hace homenaje a la historia no solo de la franquicia, sino del género, que escasea mucho hoy en día en el cine más comercial (opacado por las películas de fantasmas, monjas y muñecos poseídos), pero que bien encuentra cabida en algunos filmes de bajo presupuesto. Un estilo que en su momento evidenciaba la creciente violencia en los Estados Unidos.

Si estamos ante un reboot disfrazado quedará por verse, pero aconsejamos, por el bien de Laurie, que lleven la fiesta en paz.

 

 

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