Producción: Historias de Miedo para contar en la oscuridad
Dirección: Andre Øvredal
Año: 2019
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es una adaptación de los libros de Alvin Schwartz

Es producida por Guillermo del Toro

Tiene referencias al cine clásicos de horror

Se preocupa en contar una buena historia

Termina siendo condescendiente y cursi

 

   

 

En la década de los años ochenta, cuando el género de terror recuperaba cierto auge gracias al cine de Wes Craven, David Cronenberg, Mary Lambert o John Carpenter, el escritor Alvin Schwartz escribía la trilogía de libros antológicos Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad, con ilustraciones de Stephen Gammell.

Dichos títulos recuperaban leyendas urbanas e historias del folklore norteamericano e iban dirigidos a un público infantil, lo que los volvió parte fundamental del imaginario de esa generación. Dicho trabajo se sumó a otras referencias de la época, como a las historias de fantasmas de Mary Downing Hahn o a la posterior serie la serie, Escalofríos, de R.L. Stein, durante los años noventa.

Sin embargo, tras su reedición en 2011, realizada por la editorial HarperCollins, con ilustraciones de Brett Helquist, el clásico recuperó cierta popularidad en un momento en el que el mercado de la nostalgia opera a la orden del día. De ese momento pasaron ocho años, hasta que Cody Meirick realizara un documental sobre el autor y la historia de los libros, para que posteriormente Guillermo del Toro produjera una adaptación dirigida por el cineasta noruego André Øvredal.

Titulada de manera homónima, esta cinta adapta algunos de los más reconocidos cuentos de la antología, unificadas por una historia de corte original que recuerda en buena medida al cine que pululaba en la época en la que los libros fueron concebidos. La historia va de un pueblo pequeño en Pensilvania en la semana del día de brujas, en el año de 1968, donde una pequeño grupo de nerds y desadaptados se enfrentan a la leyenda que rodea la desaparición de personas en su comunidad, lo que al mismo tiempo trae aquellas viejas historias a la vida.

Sería fácil calificar a esta obra como un mero producto de la hueca nostalgia, pues aunque después de ciertos fenómenos recientes como Stanger Things o los remakes de los clásicos, Øvredal recurre a una generación perdida en el tiempo, que transformó a todas esas películas a historias en asuntos de culto, más que a la joven generación que recién descubren este mundo escondido. Al mismo tiempo, tratando de alejarse de las convenciones del cine de horror del siglo XXI, sobre todo del infame jumpscare, esta cinta parece preocuparse más por el desarrollo de una ambientación, narrativa y plástica, que presta especial atención a los miedos profundos de y los contextos de sus personajes.

No obstante, la película termina por ser condescendiente y hasta cursi con el final de la historia, un hecho entendible considerando que, primero, emula a un tiempo como un recuerdo, especialmente uno que pareciera esforzarse en ser esperanzador; y segundo, se debe tomar en cuenta su naturaleza ontológica, ligada a pulso por una historia más generalizada.

Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad puede no ser la mejor película de terror del año (estamos seguro de que ese puesto se lo llevará Midsommar de Ari Aster), pero su pensamiento de la vieja usanza del cine gringo la vuelve una obra particular y auténtica, en contraste con los seriales de terror y remakes actuales que poco tratan de infiltrarse en nuestro inconsciente y que sólo brindan meros sustos pasajeros.

 

 

add_filter( 'the_title', 'max_title_length');