Película: Increíbles 2
Dirección: Brad Bird
Año: 2018
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es la secuela de la exitosa película

Retoma su historia justo después del final de la primera

Tiene mejores secuencias de acción que en el MCU

Toca temas actuales

Tiene en Jack-Jack a su mejor elemento

 

  

 

Tuvieron que pasar catorce años para que se concretara la quinta franquicia de Pixar, ahora con la secuela de la asombrosa Los Increíbles (2004), siendo este el lapso de tiempo más largo entre una primera parte y su continuación en el legendario estudio de animación. Brad Bird vuelve como escritor y director de su universo de superhéroes en donde, si bien ha pasado más de una década, en la realidad de la familia compuesta por Bob, Helen, Dash, Violeta y Jack-Jack, han pasado tan solo unos instantes.

Al final de Los Increíbles vemos a la familia alcanzar una relativa estabilidad entre su vida como ciudadanos y su faceta de superhéroes, cuando saliendo de la competencia atlética de Dash se ponen sus antifaces para enfrentar una nueva amenaza: Subterráneo. Pareciera que todo mejoró para la familia, ¿cierto? Pues no. En el inicio de Los Increíbles 2, la familia Parr entra en acción contra Subterráneo y su enorme taladro, provocando una gran cantidad de desastres en la ciudad. Detienen al malhechor pero el costo a conseguirlo será, literalmente, mucho. Los Increíbles son detenidos y puestos bajo custodia porque, a fin de cuentas, los superhéroes siguen siendo ilegales.

El tema que no se terminó de resolver en la primera parte, se retoma aquí con un mayor peso para desarrollar la historia. Esta ley a lo Watchmen de la Prohibición de Superhéroes es el punto de partida que vuelve a poner en un dilema a los protagonistas, alimentado por la propuesta de un millonario admirador de héroes que los quiere volver legales otra vez a base de romper la ley y demostrar que los súpers son necesarios.

La novedad argumental de la primera cinta rebasa la de esta película. En general la premisa es la misma: una misteriosa pareja que a través de engaños contrata a uno de los padres para hacer uso de sus poderes, algo que podemos deducir a la mitad de la película. Esta vez son un par de hermanos, Wiston, un audaz empresario dueño de una compañía de telecomunicaciones y Evelyn Deavor, una genio en tecnología, quienes contratan a Elastic Girl para demostrar con avanzados gadgets la responsabilidad de un héroe.

La dinámica familiar por lo tanto recae en Bob, al verse excluido de estos tratos. El padre de familia se tiene que hacer cargo de enseñarle matemáticas a Dash, apaciguar los dramas adolescentes de Violeta por ver arruinados sus avances con el chico que le gusta y encargarse del inquieto Jack-Jack, quien además de contarle cuentos y darle de comer tiene que evitar que no incendie la casa o pelee con un mapache. Este es, durante gran parte, el arco principal al aportar los mayores momentos de humor y drama.

Pese a retomar la premisa de su predecesora, Brad Bird explora nuevos territorios en Los Increíbles 2, los cuales se sienten actuales: una de las razones por las que los superhéroes están prohibidos es por la interminable burocracia e interés de compañías que prefieren que el acto criminal se consume (vemos a funcionarios reclamando a Mr. Increíble y Elastic Girl por salvar un banco ya que “hoy en día se cuenta con seguro”), además, se les reprende porque la pelea provocó perdidas millonarias a los edificios aledaños. Una ironía que regresa de manera más original y precisa. Asimismo, la responsabilidad del héroe se justificaría solo con una prueba clara: el traje de Elastic Girl tiene una cámara incrustada que establece una idea latente en las tecnologías móviles y redes sociales hoy en día: “si no hay foto o video, no existe”.

Los Increíbles 2 nos quiere decir que el heroísmo está en casa, en la unión y la libertad de la individualidad. No por nada uno de los villanos es un misterioso tipo que controla personas a través de pantallas, uno de nuestros mayores vicios en la actualidad (aceptémoslo, no podemos estar sin mirar nuestra pantalla portátil por mucho tiempo). Por otra parte, las secuencias se acción son realmente grandiosas, con una mayor cantidad que la primera cinta y, aprovechando las mejoras que la animación ha tenido en catorce años, en calidad también. Escenas en verdad emocionantes que no caen en el trillado recurso de los frenéticos cortes de cámara.

Los personajes ya no tienen la frescura de cuando se dieron a conocer por primera vez, exceptuando a Jack-Jack (quien nos complace de buena manera con lo que todos queríamos ver en aquella cinta del 2004: observar al superbebe en acción haciendo uso de todos sus poderes). Pero sí nos volvemos a emocionar y enamorar de esta súper familia. Si a Brad Bird se le ocurre hacer una tercera parte, no nos quejaremos.

 

 

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