Producción: Jessica Jones
Año: 2015
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta serie:

Es de superhéroes

Se enfoca en su premisa y la desarrolla bien

Tiene a un gran villano

Tarda en llegar a lo bueno

Se queda corta en cuanto a los grande dramas de TV

 

  

 

Jessica Jones es la nueva serie exclusiva de Netflix y la segunda entrega del universo Marvel/Netflix. La historia trata sobre la superheroína del mismo nombre, interpretada por Krysten Ritter (Breaking Bad, Don’t Trust the Bitch in Apartment 23), una mujer común y corriente a primera vista, pero que posee una fuerza sobrenatural y la habilidad de súper-saltar, poderes que adquirió en su infancia mediante un accidente automovilístico (aparentemente). Jessica se dedica a la investigación privada (o fotografiar gente follando diría ella), y aunque ha dejado claro que no tiene interés en ser una superheroína, no tiene reparo en utilizar sus poderes como herramienta de trabajo. Jessica sufre de trastorno por estrés post traumático debido a un villano llamado Kilgrave, interpretado por David Tennat (Doctor Who, Broadchurch), cuyo poder es el control mental a través de su viva voz. Jessica estuvo bajo el control de Kilgrave hasta que este falleció (aparentemente) en un accidente. A través de un caso atípico pero dolorosamente familiar, Jessica se da cuenta que Kilgrave no solo esta vivito y coleando, sino que viene maquinado su reencuentro.

La serie, producida para la televisión, no tiene el presupuesto para mostrarnos superhéroes en todo su esplendor, por lo que Jessica (y el resto del universo Marvel/Netflix) es una superheroína a “ras de suelo”. El gran mérito de la serie es la relación de Jessica con su némesis. El poder de Kilgrave, de manipular gente a su antojo, vino a tocar una fibra sensible en una sociedad asediada por la violencia de género. Tanto el guion como el personaje de Jessica manejan de forma efectiva el tema del abuso, dando el ejemplo a otras series exitosas que lo han hecho con las patas (Game of Thrones por ejemplo). Por otro lado, Kilgrave, sin hacer uso de grandes explosiones, es el villano mejor logrado de todo el universo cinematográfico de Marvel: es el único villano, como diría mi abuelita, que es un verdadero desgraciado. Más allá de su habilidad especial, Kilgrave es un experto manipulador y molesta verlo salirse con la suya (tipo Donald Drumpf). Hacia el final de la serie la enemistad entre Jessica y Kilgrave se convierte en un juego de ajedrez psicológico que hace a la serie lo que es, y para el desenlace no podemos estar más de lado de Jessica.

Además de Jessica Jones, el universo Marvel/Netflix, se compone de las series Daredevil, que se estrenó a principios de este año; Luke Cage, novio de Jessica y personaje regular de la serie, a estrenarse en 2016; y Iron Fist, el cual esta en etapa de guion. El plan es que los cuatro superhéroes se unirán para formar el equipo The Defenders, aunque el proyecto depende de cómo les vaya individualmente, y replicar el éxito de Jessica Jones no va a ser fácil (Daredevil es un somnífero). La pregunta del año es si la serie vale la pena si no se disfruta del género. A favor esta Kilgrave, quien de verdad es algo que hay que ver, ya que su poder es también a “ras de suelo”, pero su crueldad no tiene límites. En contra están los ocho primeros capítulos en los que no pasa nada; aquellos a los que no les gusten los superhéroes necesitarán de una manipulación mental para llegar a lo bueno. A final de cuentas Jessica Jones es una gran serie de superhéroes, pero no se compara con la grandes producciones dramáticas de hoy en día. Los adeptos al género seguro disfrutarán de la serie, que solo es una probadita de lo que se viene para Netflix.

 

*edición: la serie Daredevil ha sido un éxito total bien recibida por la crítica y el público. A una pequeñísima minoría le durmió un poco.

 

 

 

 

 

 

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