Producción: Johnny English: De Vuelta en Acción
Dirección: David Kerr
Año: 2018
Plataforma: Cartelera Comercial

 

En 5 líneas esta película:

Tiene buenas coreografías de acción/comedia

Tiene el toque eterno de Mr. Bean

Es entretenida

Tiene muchos chistes de pastelazo

Es predecible

 

  

 

El cine de espías se ha formado de una larga tradición dentro del cine norteamericano desde tiempos muy remotos, con clásicos como Los 39 Escalones (Hitchcock, 1935), El Tercer Hombre (Reed, 1949) y Tuyo es Mi Corazón (Hitchcock, 1946). Durante la primera mitad del siglo XX o poco después de iniciar la segunda, a través del personaje emblema, considerado EL ESPIA y su respectiva saga, se vivió un boom para el subgénero: el Agente 007, James Bond (1962 – a la fecha).

Así, una larga lista que comprende más de siete u ocho décadas se compone de diversos giros, tonos y matices dentro de este particular cine de acción y suspenso, donde uno de los más destacables desde por lo menos los años ochenta es la comedia de espías. Una variación que hizo mucha mella a principios de los dos miles y abarrotó las salas con películas de grandes estudios, protagonizadas por estrellas del momento y tramas simplonas, bastante gastadas, que, en sus mejores momentos, funcionaban más como parodias de los clichés ya acostumbrados en el cine hollywoodense.

Soy Espía (Thomas, 2002), El Esmoquin (Donovan, 2002), Austin Powers (Roach, 1997 -2002), Mini Espías (Rodríguez, 2001-2011), El Agente Cody Banks (Zwart, 2002), Zoolander (Stiller, 2001), los remakes del Super Agente 86 (Segal, 2008) y Los Ángeles de Charlie (Nichol, 2000 – 2003) y claro, Johnny English (Shearmur, 2003), encarnado por el mismísimo Mr. Bean, Rowan Atkinson, quien era muy popular en todo tipo de comedias en aquellos lejanos inicios del siglo XXI.

Con su primera iteración, en el 2003, nos presentaba una especie de parodia slapstick de un espía atolondrado a quien todo le salía bien debido a su torpeza, algo así como si el Inspector Clouseau de La Pantera Rosa (Edwards, 1965) se mezclara con una historia a la Bond. Con un notable éxito en taquilla y varias sorpresivas nominaciones a premios de comedia y actuación, el personaje no vio la luz hasta casi diez años después con Johnny English Recargado (Parker, 2011) y en recién con Johnny English: de Vuelta en Acción (Kerr, 2018).

La historia es sencilla: Johnny English debe dejar su trabajo como profesor de geografía (en realidad les enseña a niños a ser espías), para volver a las andadas tras un hackeo que liberó la identidad de los espías de la inteligencia británica. Siendo aquél un veterano, aferrado a las metodologías y técnicas del pasado, digamos más artesanales, sus poco ortodoxas acciones los deslizan en unos enredos logrados por coreografías dominadas por un experto en la comedia física.

Por lo demás, la historia fluye sin mucho problema y hasta se vuelve predecible, haciendo chistes sobre los encuentros entre generaciones, referencias a las viejas glorias, nuevos aliados y participaciones especiales que hacen a la película llevadera y hasta entretenida.

Con ello, uno de los personajes dosmileros más pasajeros reniega del olvido, y a pesar de que las películas de espías cómicos se niegan a morir (pues aún hay varias allá afuera), Johnny English reclama su lugar como rey del chiste de pastelazo, ideal para quien busca algo que le entretenga sin mucho esfuerzo.

 

 

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