Videojuego: God of War
Dirección: Cory Barlog
Año: 2018
Plataforma: Playstation

 

En 5 líneas esta videojuego:

Es el octavo juego de la popular saga

Es la secuela de God of War III

Tiene varias novedades

Visualmente es espectacular

Pretende ser un reebot

 

  

 

«Thor es un idiota«

-Kratos

 

Cuando se acercaba el lanzamiento de la octava entrega de la saga God of War, se sabía de antemano que tendría varios cambios. Uno de los juegos por excelencia de PlayStation y de los principales redituables de Sony cambiaría a pesar de su tremendo éxito. ¿Por qué modificar algo que funciona?, simple: porque es necesario. No hay que esperar a que algo esté en decadencia para intentar mejorarlo, Santa Monica Estudio lo entendió bien. Y no sólo nos referimos a la jugabilidad, la narrativa es mucho más sofisticada y, quizá el detalle más intrigante, la ambientación: Kratos no dejó nada de la mitología Griega, así que ahora buscará su redención en la mitología Nórdica.

La duda principal para este nuevo God of War era saber cómo lo iban a recibir los fans acostumbrados a los combates hack and slash, donde ganar una batalla sólo consistía en bombardear con los dedos los botones adecuados en el momento adecuado. En pocas palabras, se priorizaba el combate por encima de la estrategia. Cosa que ya no pasa en este GoW, la cámara over shoulder sigue de cerca a Kratos haciendo la jugabilidad más cadenciosa, pero siempre manteniendo el equilibrio entre el combate épico, que caracteriza a la saga, y una estrategia inteligente. Tal y como otros grandes juegos de PlayStation lo han hecho; digamos Silent Hill, Metal Gear Solid o el reciente The Last of Us, en los cuales era necesario descubrir la debilidad del enemigo para derrotarlo.

Varios años después de acabar con Zeus en God of War III, Kratos se exilia lejos de sus tierras natales para olvidar su pasado. Ahora en Midgard, intenta tener una nueva vida alejado de las matanzas y el sentimiento de venganza. Allí forma una familia, sin embargo, el fallecimiento de su esposa lo llevará de nuevo a la brutalidad de la muerte trayendo de regreso los viejos demonios. A diferencia de los juegos anteriores, aquí vemos a un Kratos mucho más humano, los años no pasan de a gratis. El fantasma de Esparta se ve envejecido con una larga y espesa barba, y una actitud serena que intenta evitar los problemas para cumplir con el último deseo de su esposa Faye: esparcir sus cenizas en la cumbre más alta de los reinos. Así que se embarca en la aventura con su hijo Atreus, pero en su travesía se encuentran con varios problemas porque tanto él como su hijo son dioses y, según Kratos, “ser un dios es cargar con una maldición”.

Para Santa Monica Studio los cambios se deben a un intento de reiniciar la saga. De hecho, poco se menciona de los acontecimientos entre God of War III y este. Lo poco que sabemos sobre Faye es por pequeñas conversaciones entre Kratos y su hijo: ella era mortal, guerrera y “mejor que una diosa”. El principal conflicto de la historia es la relación de padre e hijo entre los protagonistas. El dios espartano trata de ser una mejor persona para conectar con su hijo, quien fue mayormente criado por su madre y no se siente cerca de su padre. El complicado vínculo de estos dos nos recuerda el de Joel y Ellie en The Last of Us, donde a pesar de tenerse afecto no les es fácil demostrarlo. Además, en la jugabilidad tienes todo el tiempo a tu pequeño compañero ayudándote a completar las misiones.

Un detalle importante de este nuevo GoW es su duración. El juego requiere de varias horas para terminar la historia principal, eso sin mencionar el tiempo que debes invertir en las misiones secundarias. Si bien el juego es extenso nunca deja de ser entretenido, a lo largo de la experiencia el jugador tendrá que resolver diversos puzzles, pelear con diferentes enemigos (los cuales incluyen, troles, ogros, dragones, muertos vivientes, elfos, dioses y hasta unas criaturas casi idénticas a los Caminantes Blancos de Game of Thrones) y explorar las tierras de la mitología nórdica. Empezamos en Midgard pero entre los reinos que podremos conocer están Alfheim y el inframundo nórdico, Helheim. Conforme avanzamos en la historia principal vamos desbloqueando nuevos lugares y reinos, habrá que recorrerlos bien en busca de ítems que nos ayuden a completar las misiones.

Respecto a las armas, Kratos ya no cuenta con sus espadas debido al interés de enterrar su pasado. Ahora, el Hacha de Leviatán es la herramienta principal tanto para defenderse como para alcanzar zonas difíciles en los diferentes escenarios. Como si fuera el martillo de Thor, se puede lanzar y atraer a voluntad. Atreus, por su parte, utiliza un arco cuya función es ayudarte a distraer enemigos y crear nuevos caminos. Mientras se avanza en el juego se acumulan puntos de experiencia y ítems que sirven para mejorar las armas y desbloquear nuevos movimientos. Esto aporta diversas variantes en las peleas que evitan que el juego se vuelva repetitivo.

De igual manera –y con eso de que los RPG están de moda–, tenemos una novedad bastante interesante y entretenida: los cambios de vestuario. Además de ítems, nos encontramos con información, hechizos para mejorar nuestra habilidad y plata, con ella podemos acudir al taller de unos simpáticos hermanos enanos, Brock y Sindri, para comprar armaduras para pecho, armaduras de muñeca, escarcelas y decorados para las armas, incluso también es posible comprarle una nueva armadura a Atreus. Cada accesorio altera nuestras habilidades de diferente forma, está en nosotros combinarlas de la mejor manera para sacarle el máximo provecho.

God of War es una experiencia espectacular en todos los aspectos. Es efectivo como secuela (a pesar de sus cambios no desagradará a los antiguos fans, además que tiene por ahí ciertos fan services y elementos que recordarán a juegos previos) y como un reebot que seguramente atraerá nuevos jugadores. Un videojuego en su mayoría solemne cuya base se encuentra en la profundidad de su historia y el excelente desarrollo de sus personajes. Como en los juegos antes mencionados, las elaboradas cinemáticas provocan la sensación de jugar una película; aunque si bien no son largas ni muy frecuentes, sí tienen un importante peso en el progreso de la trama. De igual manera, no deja de lado aspecto humorístico aportado por Mimir, quien acompaña en el viaje como una cabeza parlante colgada de la cintura de Kratos. En definitiva, se trata de un gran retorno que expande el universo God of War a nuevos horizontes; tan conmovedor como épico que hace sentir orgullosos a los usuarios de PlayStation 4 de su consola.

 

 

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