Producción: The Exorcist
Creador: Jeremy Slater
Año: 2016-presente
Plataforma: Fox

 

En 5 líneas esta serie:

Es una reinterpretación del universo que conocemos

Expande la visión de su premisa original

Es efectiva en su propósito

Tiene un buen elenco

Tarda en carburar

 

   

 

Fue en enero de 2017 que se anunció la muerte del escritor William Peter Blatty. Este autor es conocido a nivel mundial como el creador de la célebre novela The Exorcist (1971). El estadounidense es también responsable del guion de la película homónima, dirigida por William Friedkin, la cual se estrenó apenas dos años después que el libro y precisamente debido al apabullante éxito de este. No olvidaremos su contribución.

Unos meses antes del fallecimiento de Blatty, Fox lanzaba la más reciente aproximación al icónico universo propuesto por él, en la forma de un serial televisivo. ¿Su showrunner? Jeremy Slater, guionista de películas odiadas por muchos: Fantastic Four (Trank, 2015) y Death Note (Wingard, 2017). A partir de lo anterior, puede afirmarse que se ha iniciado una nueva era para esta legendaria saga que, incluso después de cuarenta y seis años, sigue siendo una de las favoritas de gran mayoría del público de todas las edades.

¿Pero por qué nos gusta tanto? En principio, porque logra generar, mantener y explotar la tensión, gracias a sus altos contrastes. Desde el punto de vista del género, esta oposición puede notarse en la peculiar manera en que combina la lucha épica y un espacio escénico reducido, que recuerda más a la estrechez de la pieza teatral que al amplio campo en el que suelen desenvolverse las batallas entre fuerzas míticas. Y esta compresión genera una energía e intensidad extraordinarias y terribles. Los principios cósmicos del bien y el mal se enfrentan, en este caso, en la intimidad de una recámara y al interior del cuerpo y el espíritu de una doncella inocente. La lucha es extrema y se debate no únicamente la vida, sino la salvación eterna del alma.

En el caso de la serie, esa atmósfera íntima y cerrada está mucho menos presente. El relato se ha poblado de nuevos personajes y líneas narrativas. Se retrata a la sociedad y no solamente la vida privada de una familia. Se cuestiona a la Iglesia y se le muestra como una institución infiltrada por demonios. Y la intringa, por momentos, recuerda también a películas de Polanski.

Una de las figuras que resultan más atractivas de esta nueva versión es aquella que podría denominarse como el sacerdote-forajido. El forajido  es aquel que se encuentra fuera de la ley. Es primo del cowboy y de Harry el Sucio, fiel al principio, más que a la obediencia estricta a reglas y convenciones. El sacerdote-forajido sería aquel que busca alinear su voluntad directamente a la de Dios y que, por tanto, se encuentra más allá de la jurisdicción de la Iglesia y la policía.

A pesar de las malas referencias de su showrunner, esta serie protagonizada por Geena Davis, Alfonso Herrera y Ben Daniels logra ofrecer una experiencia intensa y diferente respecto a una premisa por demás conocida. Jeremy Slater ha logrado crear un digno homenaje a uno de los más grandes clásicos del cine de horror.

 

 

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