Producción: Las Olas
Dirección: Trey Edward Schults
Año: 2019
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es un melodrama familiar

Tiene un guion peculiar

Tiene buen soundtrack

Tiene buena fotografía

Es un viaje introspectivo

 

   

There is no Gucci I can buy

There is no Louis Vuitton to put on

There is no YSL that they could sell

to get my heart out of this Hell

and my mind out of this jail

There is no clothes that I could buy

that could turn back a time

there is no vacation spot I could fly

that could bring back a piece of real life

Kanye West, Pinocchio Story.

 

You’ve had a landscaper and a house keeper since you were born

The sunshine always kept you warm

So why see the world, when you got the beach

Frank Ocean, Sweet Life.

Las imágenes son representaciones que pueden ser expresadas mediante distintos soportes. En buena medida, las imágenes son el qué hacer del arte, ya que a través de él se evocan un sin número de significados cuyas lecturas también dependen de su forma concreta. Muchas veces el arte comunica imágenes entre sí, las transforma, las cuestiona o las traduce de un lenguaje a otro.

En el cine una canción puede convertirse en un momento icónico o una cinta puede inspirar una composición sonora. Es un arte que comunica expresiones distintas. Así, el director norteamericano Trey Edward Schults, responsable de Krisha (2015) y Viene de Noche (2017), transporta las imágenes sonoras de la música alternativa a un complejo melodrama sobre la familia, el duelo, el amor y el perdón. Su tercer largometraje, Las Olas (2019), es una cinta peculiar que divide la historia de una familia afroamericana partida por la desgracia, en dos grandes arcos liderados por Trevor y Emily, un par de hermanos adolescentes de la clase privilegiada de Miami que en apariencia son opuestos pero que comparten un contexto en común.

Gran parte de la historia, confiesa el realizador, está inspirada por la música, aunque no del todo por la banda sonora de Atticus Ross y Trent Reznor, sino por una selección hecha por él mismo. Artistas como Kendrick Lamar, Tyler The Creator, Animal Collective, Tame Impala, Amy Winehouse, Dinah Washington y Radiohead suenan de fondo en las postales adolescentes, pero es ineludible apuntar a dos grandes influencias que aparecen en la película: Kanye West y Frank Ocean.

Las personalidades de ambos artistas, expresadas a través de sus canciones, son la inspiración que hace de Las Olas un ejercicio que traduce imágenes sonoras a imágenes en movimiento.

 

I. Kanye West y el hombre hecho a medida

La figura de Kanye West corresponde al discurso del hombre que se construye a sí mismo. Fue un importante productor de rap en los años noventa, pero encontró muchas trabas para alzar su carrera solista. Su imagen no correspondía a la del rapero gánster de la época; era una persona estudiada, formada en la Universidad de Chicago e influenciada por el arte más que por la decadencia social o un contexto violento. Cuando alcanzó la cima y durante un breve periodo de inactividad, incursionó en el mundo de la moda, lo que lo convirtió en uno de los personajes más ricos y poderosos de la industria.

Es una figura enigmática, bipolar, egomaniaca y ambiciosa, que repite a sí mismo ideas como: «ahora, lo que no me mata solo puede hacerme más fuerte» en Stronger o se cuestiona el lugar que le ha dado la industria a modo de reflexión nietzscheana en I Am God: «Soy un dios, a pesar de que soy un hombre de Dios… el único rapero comparado con Michael.»

De igual forma, Trevor es un chico privilegiado, proviene de una familia acomodada y aparentemente unida. Es el popular del colegio, donde es la estrella del equipo de lucha que lo mentaliza para hacer correcto uso de su atlético cuerpo. Tiene un noviazgo de ensueño y su futuro prácticamente está resuelto. No obstante, es constantemente presionado por su padre, quien luchó contra la adversidad por ser el jefe de su propio negocio para brindarle a su familia los privilegios que hoy gozan. El patriarca busca desesperadamente mostrarle a su hijo el camino para ser un hombre fuerte física, mental y económicamente, por lo que refleja en él sus propias inseguridades.

Trevor es la primera parte de esta historia: un joven que ha aprehendido un deber ser que le es imposible alcanzar en la realidad, por ello, en su momento más vulnerable, toda su entereza se desvanece y responde de forma violenta y egocéntrica, al igual que West en canciones como Runaway y tiene que vivir en el arrepentimiento de sus acciones como en Pinocchio Story.

 

II. Frank Ocean y la introspección en pleno

Durante la segunda parte conocemos a Emily, una chica tímida, seria y encerrada en sus propios pensamientos. Tras la tragedia que separó a su familia, le cuesta trabajo abrirse con el mundo, hasta la llegada de una compañía inusual con la que se siente cómoda para hablar y sanar su dolor.

Frank Ocean marca un giro inesperado en el tono de la cinta en el preciso momento en que comienza a sonar uno de sus temas. A partir de ello, Schults mantiene un estilo mucho más templado, con el cual nos lleva a un viaje de introspección y reflexión, tal como la música del autor de Godspeed.

Oriundo de California, Ocean corresponde a una nueva generación de artistas de R&B, hip hop y música urbana. Formó parte del colectivo Odd Future en el cual también estuvieron talentos como Tyler The Creator y Earl Sweatshirt, de entre los cuáles Ocean figuró en las sombras, escribiendo canciones para Beyoncé, John Legend o Justin Bieber. Hasta la salida de su primer material, Nostalgia, Ultra, fue que comenzó a acaparar reflectores y se posicionó a través de colaboraciones con el propio West o Jay-Z. Su música es ecléctica, combina distintos estilos y experimenta tanto con instrumentos de cuerdas como con sintetizadores o sampleos. Pero sin duda, su fuerte son las letras honestas, universales y auténticas, como constatan sus posteriores grabaciones: Channel Orange (2012), Endless (2016) y Blonde (2016). En Ivy, de su cuarto material, comienza con la frase «pensé que estaba soñando cuando me dijiste que me amas. El comienzo de nada. No tuve tiempo para prepararme, no te vi venir», así como Emily y el espectador no advierten el cambio profundo que sucederá en esta segunda mitad.

Al igual que Ocean, Emily abre su corazón para lidiar con sus miedos y habla abiertamente de su vulnerabilidad. Como en Skyline to, donde se escucha: «el amanecer está a la vista, viene la mañana que nos caza con sus rayos. El solsticio no es tan lejano como solía, se empieza a desvanecer… cada día es una locura», Schults nos muestra la calma tras la tormenta.

 

III. La perfecta armonía en Las Olas

En la naturaleza, las olas se componen de ondas de mayor o menor amplitud en las superficies acuosas producidas por el viento o las corrientes. En ocasiones se puede observar un fenómeno en el que aguas de diferente densidad o salinidad, tardan más tiempo en mezclarse.

La ruptura que propone el guion de Schults tienen la maravillosa cualidad de variar esa intensidad, como si se tratase de dos películas distintas, en las cuáles se respiran influencias de cineastas como Sean Baker, Andrea Arnold o Barry Jenkins, pero, al igual que en la naturaleza, con el tiempo Schults logra un absoluto balance en sus imágenes.

Entre la música y el cine, Schults propone un diálogo, cada canción y artista también nos está contando la película. Sin la referencia musical la película aún contiene un mensaje claro, pero con ella, adquiere una nueva complejidad, una que nos muestra que ambas duplas en realidad son complementos dentro de un universo de sentido más grande.

 

 

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