Producción: Le Mans: Racing is Everything
Director: James Erskine
Año: 2017
Plataforma: Amazon Prime Video

 

En 5 líneas esta serie:

Es sobre la afamada carrera de automovilismo

Es un buen retrato de las entrañas del evento

Tiene una buena mezcla de historias

Es dinámica y entretenida

Es para espectadores con algo de interés en el automovilismo

 

  

 

Solo como punto de referencia: Manejar desde la Ciudad de México (¡arriba el DF!… continuemos) hasta Hermosillo, Sonora, son 23 horas con 50 minutos. Si alguien ha operado un automóvil para cubrir una distancia y tiempo similar sabe que no es una broma, la concentración y la energía debe ser constante. Ahora hay que extrapolarlo a un terreno aún más complejo: manejar veinticuatro horas sobre un cohete con ruedas, automóviles con la capacidad de cubrir los 200 km/h en velocidad promedio. Eso es Le Mans.

Según Steve McQueen, las 24 horas de Le Mans es el Everest de las carreras de automóviles, tanto que protagonizó una película sobre el tema (Le Mans, 1971). Pero no fue el único en Hollywood, Paul Newman fue otro que, atraído por la mística del automovilismo, participó en la misma competencia. Dato curioso: Cars (Lasseter, 2006) tiene a los dos mencionados, como personaje y como actor; no es coincidencia, Le Mans tiene su prestigio. Hacer una carrera tan demandante como las 24 horas de Le Mans proviene de la idea más básica: hay que probar máquinas –echar a pelear los gallos, si se permite la analogía– pero se preguntarán ¿qué no el automovilismo plantea esta misma problemática? digamos la Fórmula 1 o el campeonato de rally internacional. No, Le Mans es una carrera única en su género. Se corren diferentes modalidades: prototipos Le Mans (LMP), Grand Tourer (GT) y Le Mans Touring Endurance Turismo (LMET), todas con la intención de ver hasta dónde puede llegar la ingeniería mecánica invertida en el vehículo durante veinticuatro horas exactas.

La primera carrera data de 1923, al día de hoy se mantiene como una de las grandes tradiciones del deporte motor. En 2010, National Geographic la consideró como el evento deportivo más grande por encima de los Juegos Olímpicos, el Mundial de Futbol y el Superbowl de la NFL.

El 2015 un equipo tuvo acceso, aparentemente sin precedentes, a las entrañas del evento, con la finalidad de documentar cómo se corre esta carrera en nuestros tiempos. Me dirán que tiene dos años de desfase pero así es esto de las producciones audiovisuales; y a pesar de eso resulta ser una representación no solo contemporánea, también ilustrativa y, sobre todo, entretenida. Los matices que se obtienen al ver el trasfondo de pilotos, ingenieros, dueños o jefes de equipos es no solo interesante, cuenta una historia que va desde el miedo, pasión, audacia, arrogancia, arrojo, etc. Casos muy interesantes como el novato Jann Mardenborough, que se convirtió en el primer piloto en salir de las filas de los videojuegos (PlayStation para ser exactos) y terminó corriendo para el equipo Nissan. O el dueño de un equipo independiente, Bart Hayden, quien sigue el legado de su padre posterior a su muerte y las vicisitudes de administrar un equipo privado en un deporte tan exigente como este. ¿Y qué tal la historia del piloto veterano Marc Webber, quien no ha podido llegar al podio de la carrera?

Es interesante que una mini serie documental de automovilismo sea llevada a una plataforma de streaming para su distribución, sin embargo es un excelente medio de difusión. Aunque hay que ser honesto, esta carrera no es que requiera más audiencia, le sobra, pero es muy recreativo verle las entrañas a un evento que ha ido evolucionando en un lapso de casi cien años y se mantiene año con año.

Ahora que, si no disfrutan del automovilismo, esta es una forma muy buena de conocer superficialmente un deporte que puede parecer tedioso pero que es más técnico y minucioso que cualquier otro y de paso un buen documental seriado, breve y conciso.

 

 

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