Melissa PaniProducción: L’Odyssée
Director: Jérôme Salle
Año: 2016
Plataforma: FICM en la CDMX
En 5 líneas esta película:
Es biográfica
Tiene buena fotografía
Pierde el foco dramático
Trata de abarcar toda la vida de su personaje
Puede resultar tediosa
El currículum galardonado de Jacques Cousteau va desde marino y explorador hasta cineasta, inventor, ganador de la prestigiosa Palma de Oro de Cannes y empresario, entre otros éxitos. Todos estos logros podrían sumarse y tener como resultado una biografía fascinante, pero Jérôme Salle nos entrega una cinta de narrativa tediosa que al tratar de incluir toda una vida, termina siendo dramáticamente pobre.
Desde el inicio Salle marca la relación entre Jacques Cousteau y su hijo menor Phillipe: una guerra de genios que dura toda la vida. Las mejores escenas son entre ellos, solo Lambert Wilson y Pierre Niney, quienes interpretan a Jacques y Phillipe Cousteau, tienen química entre todo el reparto. Lamentablemente, no existe tal química entre Wilson y Audrey Tautou, quien interpreta a Simone Cousteau, la sumisa y caótica esposa de Cousteau.
La fotografía es lo más rescatable de la cinta. Con locaciones como Sudáfrica, el Mediterráneo y Antártica, el fotógrafo Matías Boucard y el equipo de motion graphics logran unas tomas impresionantes, semejantes al nivel de la fotografía de los documentales marinos de la BBC producidos por el genio explorador. La secuencia de los tiburones en alta mar es probablemente la más bella de toda la película, captura la esencia de la tensión que puede llegar a existir cuando se tiene un encuentro con un animal en un entorno tan silencioso y hermoso.
L’Odyssée presenta a Jacques Cousteau como el magnate de los océanos que perdió su visión por dinero, pero aún más importante, no nos muestra su obsesión caótica por atravesar lo desconocido y dominarlo. No nos muestra a Jacques Cousteau, el hombre que nos presentó un mundo que siempre ha existido pero que solo hasta hace poco hemos llegado a conocer.