Producción: LOL Last One Laughing
Creador: Hitoshi Matsumoto 
Año: 2018
Plataforma: Amazon Prime

 

En 5 líneas esta serie:

Es un reality show de concurso

Es el regreso como conductor de Eugenio Derbez a la TV

Hay una mezcla generacional de comediantes

El formato se siente desfasado

El humor queda corto con la dinámica

 

 

 

El contenido de entretenimiento está gestando una migración gradual de la TV al internet. La apuesta por ganar suscriptores regionalmente lleva a las plataformas a retomar rostros que la TV tradicional ha visto nacer con rostros que las nuevas generaciones han vuelto tendencia en las pantallas de su celular. Es esta mezcla la que Amazon Prime México pretende explotar en este experimento llamado LOL: Last One Laughing

Eugenio Derbez produce y conduce este programa que podríamos definir como un reality show de concurso. Basado en un programa japonés, la adaptación mexicana tiene a diez comediantes de origen diverso: Los standuperos Alex Fernandez, Daniel Sosa, Carlos Ballarta, Alexis de Anda y Manuna, el youtuber Alex Montiel El Escorpion Dorado, el conductor Mauricio Barrientos El diablito, los actores Alfonso Borbolla y Michelle Rodriguez, y por último la comediante de la vieja escuela Liliana Arriaga La chupitos. Todos ellos reunidos en un mismo espacio de encierro que nos recuerda mucho a la casa de Big Brother. El motor de este concurso es sencillo: El participante que se ría dos veces durante el encierro tendrá que salir. Y el último que quede al ultimo ganara un millón de pesos. Los participantes acumularon la bolsa final aportando $100,000 cada uno incluyendo a Eugenio Derbez, aunque este último solo participe como el conductor y juez del show.

Por un lado, poner en cautiverio a una gama de comediantes de diversos ámbitos en un mismo espacio es atractivo de inicio. La mezcla se siente fresca y sintetiza bien el humor que buscan las nuevas generaciones. Todo está bien orquestado por la experiencia en TV de Eugenio Derbez y una producción respetable. Pero los problemas con LOL son que retoma un formato cuya dinámica se siente predecible y hasta inoportuna si lo que se busca es una experiencia innovadora. Las reglas del show nos indican que procurar hacer reír al otro mientras intentas no reírte es la única estrategia y en consecuencia todos los participantes tendrán que hacer uso de sus recursos humorísticos. Pero en esta versión esto le resta naturalidad en vez de añadirla como podría esperarse de un reality, Logrando por momentos improvisaciones que se sienten algo forzadas y con exceso de pelucas. Si eres seguidor de alguno de los participantes, notaras que se sienten desperdiciados en un show que no sabe que privilegiar más, si la exageración o la sinceridad. Al sacarlos de su zona, los comediantes se concentran mas en el reto que en el humor, y no generan tanta química como podría esperarse entre ellos. El tono que logran se parece más a una propuesta que hubiera hecho la TV abierta a principios de los dosmiles y no tanto al experimento arriesgado de comedia que maneja en su premisa. La mayor ventaja que tienen es que el encierro dura seis horas y las eliminaciones son lo mas entretenido.

Si la idea es hacer reír para ganar un millón de pesos, mi estrategia seria mucho mas sencilla. ¿A nadie se le ocurrió hacerle cosquillas al otro?

 

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