Producción: Los Guardianes (Zashchitniki)
Director: Sarik Andreasyan
Año: 2017
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Son más como los cuatro fantásticos ruskys
Una nueva versión para el vilipendiado subgénero de superhéroes
Queda a deber en guión
Tiene interesantes aunque improvisadas secuencias de acción
Si Tarkovsky estuviera vivo… (complete la frase lector)
Durante la guerra fría se crea una agrupación secreta del gobierno soviético, llamada Patriota, el cual desarrollaría un escuadrón con integrantes de las diferentes soviets. Con el paso del tiempo los integrantes del escuadrón se desperdigaron por el territorio y sin saberse de ellos, pero una amenaza cercana al grupo, Kuratov (Stanislav Shirin), quien ha adquirido un poder considerable al controlar las máquinas y generar electricidad, hará que se reúna el grupo de nuevo: Ler (Sebastian Sisak) con su habilidad de controlar las piedras, Khan (Sanjar Madi), quien usa sus espadas curvas y su impresionante velocidad en a la par, Arseny/Ursus (Anton Pampushnyy) un brillante científico con la capacidad de transformarse en un oso y Kseniya (Alina Lanina) quien conduce electricidad además de ser invisible.
Pese a la interesante premisa de los personajes, donde cada uno representa el folklore de las zonas de donde viven, o simplemente una película de superhumanos rusa, la cinta no termina de cuajar. Con un guión deficiente que coloca en lugares comunes a los héroes, un antagonista plano, conflictos con poca sustancia, el abuso del recurso de la noticia televisiva y uno que otro error de continuidad (los pantalones de Ursus que se reproducen solitos) hacen que los guardianes se queden con las buenas intenciones.
Es una pena, realmente, que el disque género de superhéroes lo acaben acaparando en Estados Unidos. También es una pena que la propuesta de blockbuster ruso no supere entregas previas, como la extraña e intrigante Guardianes de la Noche/del Día (Timur Berkmambetov, 2004) y en general se rezaga con la centenaria producción cinematográfica rusa. Esto no significa que tenemos que dejar de mirar cine ruso, al contrario, la oferta debería ser más amplia y constante, pues a pesar de sufrir de los mismo problemas que México (problemas de distribución y producción) se hace bastante y no lo estamos viendo.