Producción: Los Miserabñes
Dirección: Ladj Ly
Año: 2019
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Es de drama policial
No es una adaptación al clásico de Víctor Hugo
Retoma, más que nada, elementos temáticos de la novela
Nos recuerda a obras como Training Day, The Wire o La Haine
Su última parte puede resultar ambigua
El inicio del debut cinematográfico del cineasta francés de ascendencia malí, Ladj Ly tiene como escenario las calles de París, antes de la final del mundial de fútbol de Rusia entre Francia y Croacia. Se muestra la euforia de unos jovencitos cuyo tema de conversación es si la gran promesa gala Mbappé (apenas un poco mayor en edad que ellos) marcará gol, esto mientras se dirigen a ver el juego a un restaurante donde la gente se ve unida por la pasión. Una unión que sólo dura noventa minutos, porque después todo regresa a la normalidad con una sociedad segmentada en clases sociales, raza y religión.
Los Miserables, de Ladj Ly, no es una adaptación al clásico literario francés de Víctor Hugo (como el título nos haría sospechar). Sin embargo, la referencia se debe a que la cinta retoma el espíritu revolucionario de aquella obra. Aquí no hay barricadas, sino un menesteroso edificio donde unos jovencitos se amotinan en espera de que tres policías caigan en la trampa”. El Jean Valjean de Víctor Hugo, quien se redime ante un acto de nobleza tras pasar años en la cárcel por robar un pan para alimentar un niño no lo vemos como tal aquí. En cambio, sí a una comunidad sumergida en pobreza y crimen donde la policía sólo empeora las cosas.
La película de Ladj Ly (quien vivió en el barrio donde se ambienta la historia, Montfermeil) se asemeja al thriller urbano de Antoine Fuqua, Training Day (2001), relatando las primeras veinticuatro horas de un policía, Stephane Ruiz (Damien Bonnard), conociendo los métodos policiales de la ciudad, a través de las enseñanzas de su compañero Gwanda (Djibril Zonga) y, principalmente, de su superior Chris (Alexis Manenti), un equivalente al personaje de Denzel Washington.
Para Chris no importa si se trata de una anciana intentando hacer válidos sus derechos al impedir la entrada a su casa a los policías o si se trata de un niño robándole al circo de gitanos un león cachorro más por curiosidad que por vandalismo, ambos merecen ser tratados con dureza. No es casualidad la cita a Víctor Hugo: “No hay tales cosas como plantas malas u hombres malos. Sólo malos cultivadores”. Ly nos hace difícil sentir odio por los hombres malos y nos facilita sentir pena por los hombres buenos, sin embargo, tal y como lo hace la serie de David Simon, The Wire, se vislumbra la culpa en un deficiente sistema.
Un sistema que buscará siempre condenar a alguien sin tomar en cuenta razones o matices, lo cual propicia que exista una actitud de precaución por parte de la policía frente a la comunidad y viceversa. “Mejor ellos que nosotros”, menciona Chris cuando intenta solucionar un acto de imprudencia que deja herido a un niño. En todo momento sentimos que algo va a explotar.
En este sentido, Los Miserables se acerca a El Odio (Haine, Kassovitz, 1995), percibimos un conformismo general donde tanto la comunidad y las autoridades tienen reglas para mantener el orden y soportarse mutuamente, pero no un plan para mejorar la situación. Es evidente que en algún punto la tensión provocará un rompimiento en sus relaciones y vendrá la tragedia. Los Miserables de Ladj Ly es ese preámbulo. Un gran debut para su director a quien habrá que seguirle la pista.