Producción: Luke Cage, Segunda Temporada
Creador: Cheo Hodari Coker
Año: 2018
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta temporada:

Pues… es otra de superhéroes

Es algo lenta

Tiene buenos villanos

Tiene un EXCELENTE soundtrack

Luke sigue siendo un personaje plano

 

 

 

La situación con este tipo de personajes (Luke Cage) es que puede parecer que el término de superhéroe le queda forzado. Todos somos capaces de reconocerlos a simple vista, pero Luke no luce para nada como uno. Hay quién asegura que no se puede definir al superhéroe si no es a través del género, el género de superhéroes. Luke no tiene una identidad secreta y no tiene un traje colorido con mallas ajustadas, pero tiene la convicción genuina de ayudar a las personas y tiene una habilidad especial: es a prueba de balas. Pero como dije, en este género los superhéroes habitualmente comparten su mundo con otros superhéroes, podríamos decir que es la presencia de los superhéroes la que define a otros superhéroes, algo así como: el género se define a sí mismo. Pero ese es tema para otra conversación.

En este caso, esta aseveración hace mucho sentido y además es la principal fortaleza de la serie: sumergir a Luke Cage en mundo que es mucho más grande que él.

Tenemos que decirlo, la verdad es que desde su primera aparición en Jessica Jones, luego en su primera temporada y por tercera ocasión en la infame Defenders, Luke (Mike Colter) no había figurado como un buen personaje. Su interpretación se limita a caminar lento con los brazos un poco separados mientras recibe balas y después alardear un poco, ah, y de vez en cuando mostrarse sorprendido y aturdido porque alguien encontró la manera de hacerle daño. Aunque en esta temporada se nota su intención por darle un conflicto interesante –que incluso pintaba para algo arriesgado, como la deconstrucción de la hombría–, lo que hace que la serie finalmente se destrabe son su villanos, los cuales funcionan de manera satisfactoria. Y es que sostengo que el mayor error de su primera temporada fue matar a Cottonmouth tan pronto. Afortunadamente, Mariah Dillard (Alfre Woodard), Shades (Theo Rossi) y el nuevo villano Bushmaster (Mustafa Shakir), nos regalan buenas interpretaciones y un arco sencillo pero que funciona. 

Por un lado, Mariah está tratando de deshacerse de su negocio de venta de armas para finalmente vivir en el marco de la legalidad. Por el otro, Bushmaster busca venganza por una antigua traición por parte de la familia Stokes (el apellido de soltera de Mariah), por lo que buscará sabotearla en todo lo que le sea posible. El enfrentamiento es entonces entre los dos villanos, siendo Harlem el campo de batalla. Así que esta temporada no se enfrenta directamente a Luke con un nuevo villano, su papel es más bien el de mediador para que el conflicto termine con la menor cantidad de bajas posibles. También debemos agradecer que por fin mesuraron la participación de Claire (Rosario Dawson), cuyas últimas apariciones habían sido algo torpes, y en cambio tenemos una excelente participación de Misty Kight (Simone Missick).

Todo esto se redondea con las referencias, menciones y participaciones de personajes que pertenecen a otras series dentro del mismo universo, haciendo del entorno de Luke algo mucho más apetecible que el héroe por sí mismo, y su relevancia se justifica porque solo podemos descubrirlo a través de él. Gracias por la fórmula: cuando tengas un personaje chato, ponlo en un entorno con harto filo.

Por cierto, la producción no escatimó y la gran cantidad de presentaciones que hay en el Harlem’s Paradise a lo largo de la serie son puro deleite.

 

 

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