Producción: Hail Satán?
Dirección: Penny Lane
Año: 2019
Plataforma: Festival Macabro

 

En 5 líneas esta película:

Documental sobre El Templo Satánico

Es bastante divertido

Nos da otra perspectiva del satanismo

Los «satanistas» son los mejores troleadores

Ofrece un vistazo al fanatismo religiosos

 

  

 

¿Alguna vez usted ha visto ese meme que vaga por internet, el cual dice “Me caen mejor los satanistas que los católicos, porque nunca me he encontrado con un satanista que me me quiera convertir a su religión”? Bueno, pues el documental de Penny Lane nos muestra la veracidad de esta frase. Contrario a lo que se pueda pensar, El Templo Satánico aboga por la libertad de creer lo que se nos venga en gana. Poco o nada tiene que ver con Satán, más bien, con trolear a la institucionalizada y todo poderosa religión católica.

El Templo Satánico, fundado por el raro y carismático Lucien Greaves, tiene como principios la igualdad, la pluralidad de creencias y, lo más importante, el sentido común; todo esto con el fin de mantener a raya al cristianismo, cuya influencia penetra cada vez más en la sociedad al grado que diversos políticos insisten en poner un monumento de Los 10 Diez Mandamientos afuera del Capitolio. “¿Por qué debemos estar obligados a creer en una religión que defiende y oculta a sus sacerdotes pederastas?”, dice en algún punto uno de los miembros de El Templo.

La protesta de los seguidores del Templo están lejos de provocar odio y violencia, como sí lo hacen los cristianos y grupos conservadores sembrando un “pánico satánico”. Los miembros de esta organización son chicos jóvenes marginados, perdedores e inadaptados pero inteligentes, tienen el conocimiento y sentido común suficiente para llevar su protesta a otro nivel. Un nivel digno del mejor troleo: si el gobierno va a poner un monumento católico afuera del Capitolio, también deberían poner uno de Baphomet. Así el gobierno demuestra que respetan y aceptan cualquier creencia.

Lane sigue y desarrolla de manera hilarante esta pugna de monumentos que llega incluso hasta instancias legales y en la cual los medios le han dado bastante seguimiento, propiciando involuntariamente el crecimiento de seguidores en poco tiempo de El Templo Satánico. Nada es más gracioso que ver a un grupo de satanistas vestidos de negro haciendo la seña de los cuernos mientras levantan basura con tridentes, recolectan calcetines para vagabundos u organizan Clubs de Satán en escuelas para enseñar el libre albedrío.

Uno de los aspectos más interesantes el documental está en los conflictos internos del propio Templo (una mujer fue expulsada por ser demasiado extremista). Así como la impotencia que genera que el sentido común salga perdiendo frente a las razones equivocas de la mayoría, cuando se normaliza lo anormal, poco importa que el sacerdote de tu religión viole niños o tu iglesia lucre con tu fe.

 

 

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