Producción: Fried Barry
Dirección: Ryan Kruger
Año: 2020
Plataforma: Festival Macabro

 

En 5 líneas este película:

Es de comedia irreverente

Tiene rasgos de crítica social y ciencia ficción

Es divertida y frenética

Tiene una banda sonora es espectacular

No es para todos

 

  

 

La película sudafricana Fried Barry, ópera prima del británico Ryan Kruger, explora la inmundicia del ser humano con un tono particularmente honesto y divertido. Está basada en un cortometraje hecho por Kruger en 2017 acerca de la odisea de un ser alienígena por los barrios bajos de Ciudad del Cabo a través del aspecto de un drogadicto fracasado. Estamos ante una premisa al estilo de E.T. (Spielberg, 1982)  pero en drogas y contaminado de sexo, cuyo punto de vista objetivo de un ser alejado de nuestras ideas humanas lo hace descubrir nuestras virtudes y defectos como seres vivos, lo cual a su vez lo convierte en una especie de niño inocente en situaciones que no comprende del todo.

Este ser en primera instancia es Barry (Gary Green), un irresponsable hombre de mediana edad quien le muestra de poca a nada atención a su pequeño hijo mientras su esposa desea desesperadamente que se haga responsable de su deber como padre aunque sea una vez. Después de lo que parece un día común en la vida de Barry, tomando unas cervezas en su cantina de confianza y llenándose de drogas con alguno de sus amigos, una nave espacial se le aparece en su camino de vuelta a casa y lo abduce en plena banqueta.

Cualquier viaje de drogas se queda corto frente al proceso de abducción, donde lo vemos acostado desnudo en un ambiguo espacio oscuro mientras lasers de colores neón lo inspeccionan de arriba a abajo y máquinas le inyectan algo por el glande del pene para después introducir algo por su boca y ano en una imagen que recuerda (deliberadamente o no) a la abducción de Cartman en los episodios Cartman gets an anal probe y Cancelled de las temporadas uno y siete, respectivamente, de South Park.

Irónicamente, aquel capítulo de la séptima temporada de South Park muestra a la tierra y los seres vivos en ella como un reality show para extraterrestres. De alguna manera, y ante la ausencia de una razón clara para la abducción de Barry, podemos pensar que la infiltración del alienígena en nuestro mundo se trata nomás de pura diversión. El ser espacial, ahora con forma de Barry, va por ahí sin rumbo teniendo sexo con prostitutas (y embarazándolas, ¡wtf!), bailando en antros tras consumir un bote de pastillas, consumiendo drogas, recibiendo golpizas, salvando a niños raptados, consumiendo drogas otra vez, yendo a dar a un psiquiátrico y, claro, involucrándose en la vida doméstica al realizar, con todo y su inverosímil e infantilmente inadaptada actitud, una mejor labor como padre que el verdadero Barry.

Fried Barry es una divertida película sobre la juerga de un alienígena por los vicios humanos, llena de excesos y con un frenético pero preciso montaje coreografiado por los alucinantes sintetizadores de Haezer (quien también hizo el diseño sonoro). Debemos mencionar que gran parte de la cinta la carga la desquiciada actuación de Green, sin embargo, apenas con su primer largometraje, Krueger nos deja claro que posee un estilo bastante definido y personal.

La película, en general, es una total locura que no será del gusto de todos. Encontrará su verdadero público entre los espectadores que disfrutan del cine más demencial e hilarante. A fin de cuentas se trata de una alucinante y disparatada experiencia en la cual se debe disfrutar el viaje, no la meta.

 

 

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