Producción: Madre!
Director: Darren Aronofsky
Año: 2017
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película: 

Es de drama surrealista

Tiene un gran elenco

Es un viaje descontrolado y entretenido

No hay que tomarla en serio

Está basada en una alegoría burda

 

  

 

Mi película favorita de Darren Aronofsky es The Fountain (2006). Estimado lector, si no entiende mi derecho a sentir tal cosa, o piensa que mis gustos son malérrimos, mejor deje de leer, porque no le va a gustar lo que sigue.

Empecemos desde el inicio.

La primera película de Aronofsky fue una extremadamente cerebral, en un blanco negro granulado que fácil podría ser el estandarte del cine estudiantil neoyorkino. Su segunda película, la que objetivamente podría ser su mejor, fue extremadamente visceral y real. Hasta ahí el Aronofsky 1. Posteriormente salió a la luz el Aronofsky 2, con The Fountain. Esta última no fue bien recibida, aun y cuando en su presentación en Cannes le aplaudieron, después que todo mundo vio la película el consenso fue que se extendía en demasiados ángulos sin atender bien a ninguno. Al parecer la película sufrió en el cuarto de edición, cuando los productores no terminaron de entender la visión del realizador; el mismo Roger Ebert dijo que esperaba algún día ver la versión del director. Pero la principal característica de The Fountain es su surrealismo, y escenas tan fumadas, por momentos campy, que simple y sencillamente pierde al público general y se queda solamente con aquellos que disfrutan de la locura en pantalla. Aronofsky 2, no obstante, lograría éxito comercial con Black Swan (2010), una película surreal pero con suficiente sustancia para agradar a la mayoría.

Madre! es la tercera película de este Aronofsky 2. El problema principal es que la película llega cuando ambos Aronofskys ya estuvieron en los Óscar, aunado al detalle que Aronofsky Prime mantiene una relación amorosa con Jennifer Lawrence. Hay demasiada atención. Si Madre! hubiera sido la ópera prima del director y se hubiera presentado en el Festival de Sitges, estuviéramos hablando de una de las películas más emocionantes del año y uno de los directores más prometedores. Al menos aquellos que aplaudieron Tenemos la Carne (2016) de Emiliano Rocha lo estarían haciendo. En el peor de los casos estaría en el sendero de David Lynch y su Eraserhead. Madre! es una película con demasiadas estrellas de la lista A, con acceso a salas comerciales y demasiado público maduro atento a lo que se opine de ella. La mejor analogía que se me ocurre es que tal vez en la universidad te tomaste veinticuatro cerveza y te fumaste dos porros y todo mundo te aplaudió tu ridículo, pero difícilmente te lo aplaudirían si lo repitieras a tus cuarenta años.

La película no es mala, la primera mitad lo mantiene a uno en la expectativa de qué carajo va a pasar y sin idea a dónde va el director con su historia. La segunda mitad es un viaje irreverente pero al menos emocionante, y el desenlace es un poco kitsch pero con pegada si ya nos clavamos con la trama. El gran problema de la película es que está plagada de desinformación y recursos que quedan como meros trucos, y en su alegoría es formulista y mas bien recuerda a obras altamente superiores.

A Madre! no hay que tomarla en serio, nos vemos un poco tontos haciéndolo; nadie debería reflexionar sobre Pachamama saliendo de esta película. Tal vez es algo involuntario de parte del director, y algo que le duele, pero también algo a lo que últimamente nos está acostumbrando. Esta película hay que sentarse a disfrutarla, reírnos de ella en momentos, apreciar las actuaciones de dos grandes actores (Javier Bardem uno de ellos y ya su opinión personal de J-Law pues es otra cosa) y ¿cómo no? disfrutar de este descarrilamiento –bien dirigido– de una locomotora sin control. Eso sí, es la peor película de Aronofsky 2, aunque no la peor de Aronofsky Prime.

 

 

 

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